El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, asumirá este jueves un segundo período de seis años, considerado ilegítimo por gran parte de la comunidad internacional.
Maduro, que el miércoles aseguró que Macri es el "destructor de la Argentina", jurará ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y no en el Congreso, único poder no oficialista, en una ceremonia prevista para esta mañana.
La Unión Europea (UE), Estados Unidos y el Grupo de Lima -de 14 países-, desconocieron la reelección de Maduro en los comicios del pasado 20 de mayo, adelantados por la oficialista Asamblea Constituyente y boicoteados por la oposición, que los consideró un fraude.
La UE y el Grupo de Lima -excepto México- no enviarán representantes a la ceremonia, a la que acudirán los presidentes de Bolivia, Cuba, El Salvador y Nicaragua y delegados de otros países aliados como China, Rusia y Turquía.
"Yo soy presidente", se lee en afiches que cuelgan en las calles de Caracas, adonde el oficialismo movilizará este jueves a sus partidarios.
Expertos auguran un agravamiento de la debacle socioeconómica. Además de la escasez de comida y medicinas, los venezolanos lidian con una una hiperinflación que según el FMI alcanzará 10.000.000% en 2019.
En lo que considera la migración más masiva de América Latina en décadas, la ONU calcula que 2,3 millones de venezolanos salieron del país desde 2015 y estima que esa cifra subirá a 5,3 millones en 2019.
Durante el gobierno de Maduro, la economía se redujo a la mitad y se contraerá 5% en 2019, según el FMI; además, el país y su petrolera cayeron en default y la producción de crudo, fuente de 96% de los ingresos, se redujo a 1,4 millones de barriles diarios, la más baja en 30 años.
Pero el presidente promete bienestar: "Me comprometo a realizar los cambios que hacen falta en Venezuela para (...) la prosperidad económica", dijo el miércoles.
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