Demócratas y republicanos en el Congreso, fuertemente divididos por la entrada en vigencia de la reforma sanitaria impulsada por el presidente Barack Obama, no lograron arribar a un acuerdo para asignar fondos al gobierno federal que a partir de este martes deberá cerrar parcialmente sus actividades.
El gobierno de EE.UU cerró sus actividades por falta de fondos
Desde hoy, el gobierno iniciará por primera vez en 17 años, el nuevo año fiscal sin fondos para llevar adelante sus actividades no esenciales.
Minutos antes de la medianoche del lunes la directora de Presupuesto de la Casa Blanca, Sylvia Mathews, ya había hecho pública una guía destinada a las agencias y departamentos del Estado para la ejecución de sus planes de cierre ordenado del gobierno.
Ese procedimiento, significará que más 800.000 empleados públicos deberán quedarse en sus casas hasta que nuevas partidas sean reasignadas, así como varios servicios se verán paralizados, costando en total cerca de 1.000 millones de dólares a las arcas del Estado, según estimó la Casa Blanca.
La última vez que el gobierno se vio forzado a cerrar fue a mediados de diciembre de 1995 y comienzos de 1996, bajo la administración del presidente demócrata Bill Clinton, por un período de 28 días en total.
En esta oportunidad, se desconoce aún cuánto tiempo podría durar -si días o semanas- no obstante el Congreso deberá retomar rápidamente las discusiones para tratar el límite del techo de la deuda que será alcanzado el 17 de octubre, con el fin de evitar que el Tesoro esté impedido de cumplir con sus obligaciones.
El estancamiento en las negociaciones sobre el presupuesto surge, en este caso, de la entrada en vigencia a partir de hoy de la reforma sanitaria impulsada por Barack Obama y convertida en ley en 2010.
Los republicanos, que en su mayoría se opusieron fuertemente a la reforma de Salud, buscan forzar a la Casa Blanca a que retrase su implementación a través de la falta de financiación para su ejecución.
A horas de que el gobierno cierre sus actividades, los republicanos de mayoría en la cámara Baja, aprobaron una nueva propuesta para otorgar fondos federales pero incluyendo como en todas sus iniciativas anteriores, partes que afectarían a la implementación de la ley sanitaria.
La mayoría demócrata en el senado, rechazó rápidamente el plan negándose a apoyar un plan que afecte negativamente la entrada en vigor de lo que fue una de las principales victorias sociales de la administración de Obama.
En respuesta, y tras las advertencias de los demócratas de que las consecuencias caerían sobre la oposición, el presidente de la cámara Baja, el republicano John Boehner, convocó a una reunión bicameral especial -denominada conferencia legislativa- para tratar de destrabar el bloqueo.
Sin embargo, a menos de dos horas de la media noche del lunes, el oficialismo en el senado rechazó nuevamente la propuesta asegurando que los republicanos “continúan jugando” con el futuro del país.
Están forzando el cierre “porque ellos no creen en el gobierno y mañana será un mal día para el gobierno y un día de celebración en la cámara de Representantes”, afirmó el líder de la mayoría demócrata en el senado, Harry Reid.
La cámara alta había descartado ya el domingo otra iniciativa republicana aprobada en diputados que abría el camino a un plan de fondos a corto plazo pero atado al retraso de la aplicación de la Ley de Salud.
“Mantener el gobierno de la gente abierto no es una concesión para mí. Mantener funcionando servicios vitales y cientos de miles de estadounidenses en sus puestos de trabajo no es algo que ustedes `otorgan´ a los demócratas. Es nuestra responsabilidad básica”, afirmó Obama horas antes de que el congreso fallara en negociar y dejando a la luz la fuerte división que impera entre los principales partidos políticos en Washington.
Las áreas que serán afectadas a partir de hoy, van desde el cierre de museos, parques nacionales y oficinas para tramitar los pasaportes, hasta la suspensión del mantenimiento de armas e instalaciones militares, de la recaudación fiscal y el otorgamiento de préstamos.
Mientras que guardias de prisiones, agentes de frontera y controladores aéreos continuarán trabajando sin recibir provisoriamente su sueldo, los militares recibirán su paga mientras dure el cierre momentáneo del gobierno luego de que el mismo lunes el congreso aprobará una ley que les garantizara su remuneración.
Si bien republicanos y demócratas buscan responsabilizarse mutuamente por la falta de acuerdo, una reciente encuesta reveló que en esta pulseada los estadounidenses acompañan a la Casa Blanca.
Mientras un 36% considera que el responsable del cierre del gobierno es del oficialismo, un 46% culpa a los republicanos y un 13% cree que los dos partidos tienen la mismas responsabilidades, según el sondeo realizado por la cadena CNN.
Pese a la decisión de Obama, Standard & Poor´s no prevé cambiar la calificación
La agencia de calificación no tiene previsto cambiar la nota (AA+) otorgada al país, aun cuando se produjo el cierre parcial de la administración pública por primera vez en 17 años, concretado anoche por la disputa entre demócratas y republicanos. "El debate sobre el límite de endeudamiento no cambiará probablemente nada en la calificación del crédito" del país, informó la agencia.
No obstante, como publica la agencia de noticias DPA, ésta lanzó una advertencia: si el techo de endeudamiento no se eleva a tiempo, el rating caerá.
La tensión crece después de que anoche tuviera que ser cerrada parcialmente la administración pública estadounidense por primera vez en 17 años, debido a que el Congreso no pudo acordar un presupuesto transitorio. El año fiscal comienza en Estados Unidos el 1 de octubre.
La situación podría empeorar porque el 17 de octubre se alcanzará el límite de déficit, y si los demócratas y republicanos no acuerdan elevarlo, en teoría la mayor economía del mundo entraría en cesación de pagos.
Estados Unidos está calificado por S&P como "AA+", la segunda mejor nota. La agencia es la única de las tres grandes que no le da al país la máxima calificación de "AAA". Los expertos de S&P le quitaron esa calificación a los Estados Unidos en 2011, precisamente por el enfrentamiento en torno del límite de endeudamiento, que ahora se repite.













