Desde chico, uno se cría con las tradiciones navideñas. El armado del arbolito el 8 de diciembre, la carta a Papá Noel y otros menesteres que forman parte de una fecha especial. Una semana después, el clima festivo sigue aunque ya con otras connotaciones, ya que lo religioso queda de lado. De todas formas, hay cosas en común que tienen las dos jornadas. Tanto para el 24 a la noche como para el 31, uno come como si fuera la última vez, como si el mundo se terminara, aunque por los tiempos que estamos viviendo podríamos pensar que no estamos tan lejos de eso. Otra cosa que comparten ambas celebraciones es la pirotecnia, algo que también uno tomó como tradición desde pequeño. Primero empezamos con los viejos y queridos Chasqui Bum, esos que cuando los “reventábamos” pensábamos que íbamos a aturdir a todo el mundo.
No invierta su dinero en pirotecnia
Por Mauro Meyer
No invierta su dinero en pirotecnia
Después llegaron las estrellitas, algo que prácticamente no podíamos disfrutar por su fugaz duración. Y si éramos más audaces, la virulana atada a un alambre, algo clandestino que seguramente algún hermano mayor nos enseñaba usar. Cuando crecíamos llegaba el armamento pesado. Las petacas, si eran caseras mejor todavía, los triangulitos, los petardos y las cañitas voladoras. De esa forma nos divertíamos para evitar las aburridas charlas de parientes que ya tenían varias copas de más encima.
Con el paso del tiempo, lo que tomábamos como una gracia, pasó a ser algo serio y quizás se tardó demasiado en aprobar algunas leyes que prohíben el uso de artefactos explosivos que tanto daño pueden hacer a la salud de las personas como de los animales. En mi experiencia personal, al ser un amante de los perros, nunca imaginé el daño que les podría estar causando, quizás porque no se tomaba conciencia sobre esta situación.
Los tiempos han cambiado, para bien. En cada Navidad o fin de año el uso de la pirotecnia va mermando, quizás ayudado por la enseñanza que los padres le pueden dar a sus hijos al concientizarlos de que su uso es peligroso, no solamente hacia su persona, sino también hacia otros seres. Todavía falta mucho y también se necesita una campaña más fuerte por parte de las autoridades, reafirmando la prohibición que existe en estos elementos.
Quienes sí estuvieron atentos a esto, fueron los dirigentes del Instituto Provincial de Discapacidad (Iprodi), desde donde se destacó la necesidad de ser “medidos y solidarios” en el uso de la pirotecnia y para eso propuso “más luces y menos ruido”.
La entidad se sumó a diversas acciones de concientización que se vienen desarrollando en todo el país. Por eso, el organismo resaltó la importancia de eliminar la pirotecnia sonora, que genera grandes complicaciones y malestar en niños, jóvenes y adultos con Trastorno del Espectro Autista (TEA) y trastornos neurológicos de integración sensorial, quienes son particularmente sensibles a los productos de alto impacto sonoro.
“En estos días de reencuentro con nuestros seres queridos, luego de un año tan difícil, invitamos a todos a celebrar practicando la solidaridad con nuestros pares”, indicó la titular del Instituto de Discapacidad, Inés Artusi, en una nota publicada por el sitio digital de Diario UNO.
En ese marco, Artusi resaltó la necesidad de ir cambiando los hábitos en el uso de la pirotecnia para avanzar hacia la progresiva eliminación de los productos con alto impacto sonoro, que generan un gran malestar en las personas con TEA y sus familias.
En Paraná, espero que los operativos de control sean eficientes, recordando que solo se encuentran autorizados los fuegos artificiales con efectos lumínicos que tienen un bajo impacto sonoro.
Si usted conoce a un vecino que no respeta el Decreto 1469/17, la Municipalidad de la capital provincial tiene un número donde lo puede denunciar: línea 147 del Sistema de Atención al Vecino y al Whats-App 343 4060961. No tenga miedo en hacerlo. Hasta quizás lo pueda convencer de que está perjudicando a mucha gente y también a los animalitos que sufren cada vez que explota uno elemento pirotécnico. Si tiene algo de humanidad, seguramente lo entenderá. Por eso, en estas Fiestas, hoy y siempre, mi consejo será: no invierta en pirotecnia.