El femicidio de Micaela García causó tal conmoción que difícilmente pueda escapar a la memoria colectiva. En pocas horas hubo marchas multitudinarias en todo el país, manifestaciones de dolor en la sociedad y repercusiones en las instituciones y medios de comunicación. Pero no fueron solamente las características de aquel aberrante crimen las que lo hicieron inolvidable; sino que también tuvo peso el perfil de Micaela: militante barrial y feminista, solidaria y comprometida con las causas sociales. A su vez, las fallas del sistema judicial que posibilitaron el asesinato motivaron el fuerte interés social por el caso. Y hasta una ley en su nombre surgió luego, con la esperanza de que estos tristes episodios no vuelvan a ocurrir.
Las veces que Micaela vuelve
Como una manifestación más de que ella sigue presente, su papá, Néstor Yuyo García, será parte del gobierno bonaerense. Estará a cargo de la Dirección de Capacitación Obligatoria en Género para los tres poderes del Estado que promueve la Ley Micaela. El anuncio oficial de su nombramiento estuvo a cargo de la ministra de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual, Estela Díaz, en el marco del lanzamiento del Consejo de Articulación de Políticas de Géneros y Diversidad Sexual con los municipios de la Provincia de Buenos Aires.
La noticia ya había comenzado a circular en las redes sociales antes de la presentación oficial, y el papá de Micaela recibió un aluvión de felicitaciones y palabras de apoyo que él luego se encargó de agradecer.
Su tarea será la de llevar adelante la aplicación en la provincia de Buenos Aires de la norma que establece la capacitación obligatoria para todas las personas que se desempeñen en la función pública en todos sus niveles y jerarquías en los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
La ley tiene entre sus objetivos incorporar el enfoque de género para la prevención de la violencia; identificar los roles y estereotipos que inciden en las prácticas personales, profesionales e institucionales, y conocer los recursos del Estado para la prevención y atención de la problemática, a fin de brindar el adecuado asesoramiento e información a las mujeres en situación de violencia.
En el Portal de Capacitación del gobierno nacional se destaca que es importante generar conciencia sobre la violencia contra las mujeres como manifestación de la discriminación que las afecta, su magnitud y sus consecuencias negativas para las sociedades en su conjunto. Para prevenirla, se necesitan acciones permanentes de capacitación y sensibilización a toda la comunidad.
Quienes cumplen funciones institucionales deben, entonces, comprender que la desigualdad es causa fundamental del problema, y que existen roles y estereotipos que promueven tal desigualdad y la naturalizan.
El punto es que si estas iniciativas se hubieran llevado adelante con éxito años atrás, si la perspectiva de género hubiese estado afianzada en todos los poderes del Estado, las respuestas a las víctimas habrían sido diferentes y muchos femicidios se habrían evitado. También, probablemente, el femicida Sebastián Wagner no habría estado libre y al acecho en una noche de abril de 2017 en Gualeguay. Así lo manifestó el propio Néstor García: “El desafío es enorme, más de un tercio de los femicidios de nuestro país ocurren en la provincia de Buenos Aires. La Ley de Capacitación Obligatoria en Perspectiva de Género, creo hubiera salvado a Mica aquel 1º de abril de 2017”.
Micaela, una joven de 21 años oriunda de la ciudad de Concepción del Uruguay, estudiante y militante, es ya un ícono de la lucha contra la violencia machista. En torno a su figura su familia creó una fundación y proliferaron homenajes en su nombre. Un libro de la colección Antiprincesas estará dedicado a ella, como otros han sido dedicados a personalidades destacadas como Frida Kahlo, Violeta Parra, Alfonsina Storni, Eva Perón, Juana Azurduy. Ahora, en su memoria, Yuyo emprende esta tarea que prometió “militar incansablemente, como ella militaba con tanta fuerza por una sociedad más justa”.