El periodista y escritor Jorge Asís suele conmover con su acidez a los protagonistas del devenir institucional nacional, y ayer no fue una excepción. Con humor opinó que la fórmula “Macri-Pichetto es la consagración política del Club Swinger”.
Estilo swinger
Toda acción deriva en una reacción y la ley de la física se cumplió con la designación de Miguel Ángel Pichetto como aspirante a la Vicepresidencia con Mauricio Macri en la cabeza de la lista. El anuncio responde a la movida de Cristina Fernández, quien se ubicó por debajo de Alberto Fernández en el armado que busca la unidad del peronismo. Tras esa opción quedaron desencajados los gobernadores de Alternativa Federal y Sergio Massa, quienes perdieron su principal argumento para evitar encolumnarse en el Partido Justicialista.
Entonces, en el escenario real de la unidad de todas las expresiones del peronismo, el PRO necesariamente salió corriendo desde atrás, y como corresponde por derecha, a influir hasta donde le sea posible. Cuentan expertos que la alternativa de Pichetto tiene un mes de maduración. En primer lugar pensaron en el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, quien rápidamente se alejó de esa posibilidad y ayer quedó en soledad.
Para los macristas y el primer mandatario en particular, con Sergio Massa yendo a un acuerdo con los Fernández, la opción que restaba era Pichetto. El senador peronista negó primero que le hubieran ofrecido algo, pero ya a media tarde de ayer estaba dando una conferencia de prensa confirmando el salto. “Hemos compartido con el Presidente la visión de la Argentina y por eso decidí dar este paso. Es una decisión personal” definió como para aclarar que su determinación no representa más que a él mismo. “Hablé con Massa, varios gobernadores, y les conté lo que haría. Igual voy a convocar a muchos peronistas excluidos a que trabajen bajo el liderazgo de Macri”, especificó. Se ahogó al hablar ante los medios, pero no fue más que un instante. Sus 15 minutos de fama de alcance federal estaban transcurriendo y no iba a desperdiciar la ocasión tosiendo.
Así es como definió: “La Argentina está reconstruyendo un sistema de partidos. La mirada sobre los grandes temas aglutinan voluntades. Vamos camino a una coalición política”. El hombre que por 12 años representó al kirchnerismo en particular dentro del Senado de la Nación reiteró que su cambio de bando se sostiene en la coherencia. No es el primero en dar tal argumento para explicar un cambio de banderas. “Hablé con el Presidente y le manifesté que lo apoyaba en la búsqueda de previsibilidad del país, cumplimiento de las obligaciones y no hacer rupturas de manera unilateral”.
Con el anuncio de la fórmula, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, encarará negociaciones desde hoy mismo con los radicales, pero lo hará con una de sus demandas cumplidas: le habían pedido que amplíen la alianza Cambiemos y la respuesta llegó con la designación de Pichetto. Eso sí, el lugar no fue para un correligionario. Los mismos analistas que seguían ayer los sucesos ligados a la fórmula oficialista pusieron el acento en Lilita Carrió. Mientras unos decían que había dado su aprobación, otros indicaban que no hablaría por varios días. Empero, desde Santa Fe anoche mandó a decir que el golpe de timón tenía su bendición.