Los tiempos han cambiado en lo que se refiere al pago de una compra en muchos comercios. Y la pandemia agudizó aún más el uso del plástico o pago virtual por débito. Pero la economía inestable de este país atrae algunas problemáticas, sobre todo en los pequeños comercios de barrio. Los mismos se ven obligados a cobrar un porcentaje de más en las ventas; algunos un 10%. Los comerciantes, que viven el día a día, argumentan la demora en la acreditación del efectivo y el gasto que genera el uso del dispositivo. Desde el posnet, que tiene un costo mensual, y hasta la impresión de los comprobantes se les cobra. Los dueños, debido a la inflación, se ven obligados a buscar perder lo menos posible. Un carnicero del barrio San Agustín de Paraná fue muy claro: “Cobro un porcentaje porque demora en acreditarme la plata y tengo que pagar en efectivo la carne. Si espero pierdo ante la inflación. Nos cobran hasta el papel de los comprobantes. Se nos hace difícil todo”. Los pequeños comercios de barrio se ven afectados por la demora en la acreditación y que viven el día a día para comprar y vender.
El débito y el dilema de los pequeños comercios
El cobro de débito para los comercios.
Según argumentan las autoridades gubernamentales es que por resolución el precio a exhibir en cada producto es el de contado, monto que debe respetarse tanto en efectivo “cash” como en pago con débito o crédito en un pago. No puede existir diferencia entre estas modalidades. Si el comerciante desea hacer una atención extra al cliente por pago en efectivo, puede hacerlo como un beneficio más, pero el precio de vidriera o exhibido en góndola de forma obligatoria es el que debe pagar el cliente bajo las modalidades de efectivo o débito ya nombradas.
El pago con tarjeta de débito no puede tener ningún tipo de recargo o comisión (la letra chica), esto es totalmente ilegal y está sancionado; ya que tal como indica la AFIP: la tarjeta de débito es un medio de pago equivalente al efectivo, por lo tanto, no pueden cobrar un monto adicional por su uso en operaciones de compra de bienes o pago de servicios. Los comercios deben aceptar el pago con tarjeta de débito cuando el monto de la compra es mayor a 100 pesos. Si el comercio acepta el pago por medio de código QR, no está obligado a aceptar el pago con tarjeta de débito. Eso es lo que se indica desde Defensa del Consumidor y el Estado. Pero está pensado para grandes empresas que pueden acceder a descuentos de impuestos o algunas otras ventajas. Eso no le pasa al comerciante que vive al día.
Cabe enumerar que la obligación de aceptar el pago con tarjeta de débito no se aplica cuando el monto de la compra es inferior a 100 pesos, cuando el local está en una localidad que tiene menos de 1.000 habitantes. Y en cuanto a los beneficios del comerciante puede computar como crédito fiscal del Impuesto al Valor Agregado (IVA) el costo de adoptar el sistema de pago con tarjetas de crédito.
Hace unos meses las entidades bancarias acordaron con el Banco Central acortar a un día hábil el plazo para el depósito en la cuenta de los comercios de las ventas que realizan con tarjetas de débito, como medida para incentivar al uso de medios electrónicos de pago en detrimento del efectivo. Por un acuerdo con el regulador, los bancos ya habían acordado con el Banco Central reducir ese plazo a dos días hábiles.
Actualmente las ventas con tarjeta de débito tienen una comisión del 0,8% a cargo del comercio, casi la mitad del tope del 1,5% fijado por ley para las tarjetas de crédito, y, desde hace unos meses, los micro y pequeños comercios serán beneficiados con la reducción a ocho días hábiles para la acreditación de las ventas con tarjeta de crédito. Algunos comercios de barrio dicen que no es tan así la posibilidad de contar con plata en efectivo para los proveedores. Los costos por operación con débito o crédito y la demora en el pago de las tarjetas al comercio son aspectos que deben tenerse en cuenta como parte del costo de los productos.
Con relación a la Tarjeta Alimentar, se reitera que los comercios tienen la obligación de aceptarlas y no pueden aplicar ningún recargo o comisión por el uso de las mismas, y también pasa de los recargos. Todos buscan perder lo menos posible en un país con una economía golpeada.













