Es casi un hecho que la región no tendrá partidos de rugby por esta temporada. La difícil situación sanitaria que se vive en Entre Ríos y Santa Fe hace imposible que se pueda diagramar alguna actividad entre los equipos de las dos provincias. Esto cortó el envión anímico que traían los equipos paranaenses, después de un 2019 intenso donde habían cumplido con sus objetivos.
Maximiliano Duerto: "Ni mis compañeros me tenían mucha fe"
Por Mauro Meyer
En el caso del Paraná Rowing Club y de Estudiantes mantuvieron su plaza en el Top 10 del TRL después de batallar hasta el final y luego de tener un enfrentamiento entre ambos que fue inolvidable. Se dio en el marco de la anteúltima fecha de la Zona Reclasificación y donde el perdedor iba a quedar muy herido para tratar de evitar el descenso en la jornada de cierre. El Remero se quedó con el triunfo por 19 a 16 luego de un partido muy parejo en La Tortuguita.
Para que eso ocurra, en el desenlace del pleito hubo un héroe que con el tiempo ya cumplido y desde muy lejos, acertó un penal que desató un festejo de locos por parte de sus compañeros y del público local. El protagonista de esa tarde fue Maximiliano Duerto y exactamente un año después, repasó junto a Ovación lo que fue un triunfo épico.
“Todavía seguimos recordando ese momento. Me acuerdo que llegamos los dos equipos medio ajustados por el tema de los resultados que se estaban dando. Nos jugábamos mucho. El primer tiempo terminamos abajo (3-6) y en el segundo tuvimos que salir a buscar el partido. Fue muy reñido todo hasta el final”, afirmó el jugador del PRC.
Con el partido clavado en 16-16 y con el tiempo cumplido, el árbitro uruguayo Gonzalo Ventoso marcó un penal para Rowing a la altura de la media cancha. Era lo último que tenía para dar un cotejo que no fue vistoso, pero sí muy intenso. Tato recordó que no iba a ser un penal sencillo de patear y por eso no muchos se ilusionaron con que pudiera acertar su disparo.
“La patada era complicada. Me acuerdo que mis propios compañeros no me tenían mucha fe. Cuando me estaba agachando para acomodar la pelota se acercó Juan Blas (Laporta) y me dice ‘Pelado, estás seguro que la metés’. Por la distancia, había poca fe en el pateador parece (risas)”, sostuvo.
La tensión que se vivió en el momento le agregó más dramatismo a la situación. Además, no era una distancia accesible, si bien era frente a los palos y en una tarde donde el viento no se hizo presente. “Fue detrás de la mitad de la cancha, según lo que me dijeron fueron 53 metros. Era difícil, porque era el último minuto del partido. Por suerte cruzó bien al medio de los palos”, contó Duerto.
Sobre la precisión que tuvo ese día para acertar su envío, el apertura de Rowing reconoció que horas antes ya presentía que iba a tener una tarde donde su trabajo iba a ser importante. “Tengo muchos libros de psicología deportiva en mi casa. Me acuerdo que ese día me levanté y me puse a leer un libro donde tenía algunos resúmenes subrayados sobre concentración y otras cosas. Creo que eso me sirvió, porque al momento de patear como nunca estaba tan tranquilo. Nunca pensé en lo que podía pasar. Quizás tuve un poco de suerte también. Lógicamente tuve en cuenta la distancia y ahí tuve que hacer un poco más de fuerza. Venía con todo el partido encima, cansado, por lo que tuve que pegarle lo mejor posible”, afirmó.
El alocado festejo que vino después de su acierto tenía sus razones. La victoria lo dejó con un pie adentro del Top 10 y muy complicado a Estudiantes, un rival con el cual se creó una caliente rivalidad en los últimos años. “Con esa victoria fuimos más tranquilos a jugar el último partido con Uni de Santa Fe (donde también ganaron). Fue acá también en La Tortuguita y ya dependíamos de nosotros mismos, sin ver qué es lo que pasaba en los otros partidos. Hasta perdiendo podíamos quedarnos arriba. Por eso nos quedamos muy tranquilos con ese triunfo y lo dejamos a Estudiantes muy complicados y con todas las dudas. Después ellos ganaron en la última fecha a La Salle y se salvaron”, señaló.
En el medio de la celebración, a Tato le salió hacer un gesto con sus dedos que no fue del todo bien recibido por sus rivales. Sobre ese momento, el jugador de Rowing dejó en claro que todo quedó en la cancha. “Fue un impulso del momento. Es verdad que tuvo mucha repercusión lo que hice. Pero lo podríamos llamar una devolución de gentilezas de cuestiones anteriores. Todo terminó ahí, no se habló más del tema”, enfatizó.
Con las ganas. A pocas horas de comenzar la edición 2020 del Torneo Regional, llegó la comunicación de la suspensión de todo tipo de actividad por el coronavirus. A esta altura es difícil que se pueda jugar al rugby en nuestro país. “Estábamos muy motivados, porque habíamos hecho una excelente pretemporada. Estábamos confiados en que íbamos a tener un gran año, pero nos quedamos con los botines puestos arrancando la cuarentena. Tratamos de seguir activos, pero es muy difícil que veamos acción este año. Al principio teníamos mucha ansiedad por saber qué iba a pasar. Estábamos muy pendiente de todo. Pero después, a medida que pasó el tiempo lo tomamos de otra forma. Se entrena, pero no de la misma forma”, finalizó