Son pocos los antecedentes en Entre Ríos de un fenómeno natural que desconcierta hasta a los propios expertos. La manga de langostas que inició su viaje en Paraguay, ingresando al país por Formosa y que el domingo llegó a nuestra provincia, genera al menos preocupación entre los gobernantes. El último avistaje por estos lares se remonta a unos 80 años, pero el insecto considerado una plaga pasó por Feliciano y ayer se reportó un avistaje en la localidad de Los Conquistadores, en el Departamento Federación.
Tras 80 años, una manga de langostas atraviesa Entre Ríos
Según el último reporte del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), el clima registrado el fin de semana favoreció el desplazamiento de la manga a territorio entrerriano: “Debido a las altas temperaturas, el movimiento de la plaga se realizó hasta después de la caída del sol –del domingo– por lo cual no se tiene la ubicación exacta”, detalla el informe del organismo.
Uno de los primeros avistajes se produjo en San José de Feliciano, pero no se registraron mayores daños. Así lo confirmó el intendente Damián Arévalo: “Se habrán ido ayer, con rumbo hacia la zona de Los Conquistadores y Federal”. El municipio coordinó acciones con el Senasa en la zona, y entre otras observaciones se pudo establecer que la extensión de la manga es menor si se las compara con las de Corrientes.
Migrantes por naturaleza
El ingeniero agrónomo Pablo Benetti trazó una radiografía del comportamiento de las langostas y el impacto que podría deparar su paso en la agricultura entrerriana. El especialista dijo que es un insecto que no reconoce fronteras, pero que generalmente viaja hacia zonas secas, como lo puede ser la provincia de La Rioja. “Van buscando lugares donde poner huevos. El viento y las altas temperaturas, que superen los 20 grados, hacen que comiencen a volar. El frío intenso hizo que estuvieran más de una semana en la zona de Corrientes. Con el veranito del fin de semana levantaron vuelo y justo el viento vino hacia el sur, por eso entraron a la zona de Feliciano, están yendo a la zona de Los Conquistadores”, ilustró en diálogo con UNO.
El seguimiento de la especie –explicó– suele realizarse de manera visual y en el lugar, porque no hay forma de rastrearla a través de otros medios. Consultado por la cantidad de insectos que se movilizan en cada migración, el especialista indicó que son miles.
A la hora de cuantificar el daño que pueden provocar a su paso, Benetti sentenció: “Consumen material verde, es decir hojas y ramas”. Por esa razón es que el Senasa delegación Entre Ríos dispuso de una serie de acciones para el seguimiento y el control de la plaga. Para ello sumó a los municipios, a las cooperativas, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), con la intención de recabar información para establecer la ubicación de la manga.
En cuanto a las medidas preventivas y de monitoreo que se llevan adelante para evitar que el insecto produzca daños socio-económicos, el ingeniero manifestó que el método más eficaz “es el químico en el lugar y se podría llegar a hacer una aplicación aérea. Esa fumigación se debe hacer en un lugar despejado, lejos de las zonas urbanas y cumpliendo la ley de fitosanitarios. Suelen utilizarse piretroides, cipermetrina: estos productos las matan por contacto”.
Características
La langosta tiene la habilidad de cambiar su comportamiento y fisiología (color, tamaño y forma) en respuesta a cambios en la densidad poblacional, pasando de un estado solitario a gregario y viceversa.
“Estas transformaciones, su capacidad de dispersión (hasta 150 kilómetros por día), y su voracidad, determinan una gran amenaza para toda la actividad agropecuaria del país. Es una plaga con un gran poder migratorio y no reconoce fronteras”, explica un documento del Senasa.
En el mismo reporte el organismo señala que se trata de “una plaga rural, que se convierte en urbana, llegando a pueblos y ciudades en donde persiste el recuerdo de mangas de langostas de la década del 40 del siglo pasado. Es un insecto que no causa daño directo al ser humano ni a los animales, y no es vector de ningún tipo de enfermedad”.
Acontecimiento histórico
Los monitoreadores del Senasa ubicaron ayer a la manga de langostas asentada en un establecimiento agropecuario, situado aproximadamente a 36 kilómetros en línea recta de la ciudad de Federal. Otro reporte indicó que la manga se está asentando en de Federación. La entómologa del INTA, Adriana Saluso, brindó más precisiones de un hecho considerado histórico para Entre Ríos. “La última campaña se realizó entre 1947 y 1948, ahí es donde se legisla todo el tratamiento de la manga de langostas. En Entre Ríos el mayor impacto se habrá dado del 46 para adelante”, recordó la investigadora. También rememoró los daños económicos que produjo la plaga: “Arrasaban con todo lo que encontraban en su camino. Eran poblaciones demasiado importantes y prácticamente abarcaba a todas las provincias de la Argentina. No era situación circunscripta solamente a Entre Ríos. Entonces hubo que movilizar a la milicia, que pusieron sus hombres para poder hacer el control que se necesitaba”.
En relación a las diferencias entre aquel fenómeno y el actual, la docente universitaria de la facultad de Ciencias Agropecuarias de la UNER, sostuvo: “A partir del 40 se tomó el tema de las langostas como una problemática nacional. Se comenzó a hacer una planificación del manejo de la manga de langostas y se circunscribió a la zona de crías, entonces las poblaciones se fueron bajando y de esa manera solamente son importantes en Catamarca y La Rioja”.
Un avistaje en la zona rural de Federal
“Vienen las langostas muchachos, las nubes de langostas, miren lo que es. Es impresionante lo que es esto. Pero mire cómo viene ahí; eso ahí cumpa. Esto va hacia Los Charrúas, pero kilómetros y kilómetros. Pero qué bárbaro che”. El testimonio pertenece a un video casero que se viralizó en las redes sociales sobre la llegada de la manga de langostas a la zona de la estancia El Espinillo, en el Departamento Federal. La sorpresa del hombre que relata la escena es mayúscula, sobre todo al presenciar en primera persona el paso de la nube que sobrevuela la zona rural. El fenómeno asombra y preocupa.