La constitución de estereotipos de la mujer, la discriminación, el fomento de un concepto de “ser linda” que ocasiona agresiones y peleas en los jóvenes, y un mensaje que puede confundir a esas personas que aún están formando su personalidad, suelen unirse en los llamados concursos de belleza o en las elecciones de reinas, certámenes que comenzarán a multiplicarse en las próximas semanas con el inicio de la temporada estival y las fiestas populares en la provincia.
Desde el Instituto Nacional contra la Discriminación y Xenofobia (Inadi) delegación Entre Ríos, su titular Lucy Grimalt cuestionó aquellos concursos que “estereotipan a la mujer”, con “parámetros de belleza que no tienen que ver con la realidad, que son impuestos”, y advirtió también que muchas veces, en esos espacios, se cae en actos de discriminación, como la elección del “mariposón”, “que es claramente discriminatorio al colectivo de lesbianas, gays y homosexuales”.
La provincia tiene un intenso y extenso calendario de fiestas populares y en las playas. Grimalt planteó que “Entre Ríos tiene una infinidad de fiestas que comenzarán en el verano, y muy multitudinarias, donde hay demostraciones de todo lo que podemos hacer en la provincia, de nuestro potencial, y que sirven para destacar determinadas características del lugar, o de una cultura del trabajo”.
Por un cambio cultural en las fiestas populares
Proceso de cambio
En ese marco, sostuvo que la elección de reinas bajo determinados parámetros responden a una cuestión cultural, y como tal su proceso demanda un tiempo para observar cambios.
“Podemos hacer una elección en una fiesta buscando cuestiones positivas, por el aporte o valores de determinadas personas en una comunidad. Trabajamos en remarcar que no necesariamente la elección tenga que estar encuadrada en un estereotipo de mujer que no es tal, que cosifica a la mujer, y que en realidad no está mostrando el mejor ejemplo a la juventud. Ver la imagen que devuelven a las chicas, es que querer llegar a ser como ese cuerpo, con esas medidas anatómicas, que será difícil, y en realidad no se trata de ser una copia, sino de ser uno mismo la persona que decide ser”, opinó.
En cuanto a avances, Grimalt dijo que “de a poco se van dando algunos cambios. La primera cuestión, la notamos cuando hay personas que hacen la denuncia al Inadi. Y luego cuando nos ponemos en contacto con los organizadores de ese eventos y se dan cuenta que en realidad están en falta. El primer argumento es ampararse en que es una tradición. Es un proceso lento, pero es el que hay que hacer, porque no sirve con sancionar o prohibir: no tenemos poder de policía de prohibir, pero si no producimos un cambio en la gente, una manera de pensar diferente, es muy difícil que esa fiesta no trastoque en otra y siga lo mismo”.