El Arzobispo de Paraná, monseñor Alberto Puiggari brindó este viernes una conferencia de prensa para dar su versión sobre el allanamiento al convento de Carmelitas Descalzas, de Nogoyá, por supuestas torturas físicas y psicológicas a las monjas allí recluidas.
Monseñor Puiggari y sus principales conceptos sobre el allanamiento del convento de Nogoyá
* Monseñor hizo hincapié en la desproporción del operativo con medio centenar de policías de grupos especiales que rodearon la manzana en forma cinematográfica causando conmoción en la población.
* También recalcó la desprolijidad del procedimiento encabezado por el fiscal Fernando Uriburu quien, a su entender, debió informar previamente al Nuncio Emil Paul Tscherrig, por "una cuestión de jurisdicción papal".
* En ese sentido mencionó un acuerdo entre la Santa Sede y la Iglesia argentina que establece que, en casos de problemas internos de la Iglesia, la iglesia reconoce el Código de Derecho Canónico. Si es un crimen, actúa la Justicia. Y señaló que, en este caso "no hubo tal crimen".
* Negó el delito de "privación de la libertad", puesto que todas las monjas en clausura son mayores de edad y están allí de forma voluntaria. También desmintió que las religiosas estuviesen desnutridas y su salud estuviese desatendida.
* Si bien el arzobispo dijo no estar de acuerdo con los mecanismos de penitencia que tiene la congregación Carmelitas Descalzas, señaló que están aprobadas por la Santa Sede.
* Señaló además que pidió, en 1991, una renovación de las reglas y que solicitará al Vaticano la autorización para realizar una "visita canónica" al convento.
* Sobre el cilicio dijo que se trata de "un alambrecito finito que tiene salidas tipo pinche, que no entran a la piel, pero molesta" y que las fustas "son cintas con las que se pueden golpear" y que estos elementos están aprobados por el Vaticano.
* Señaló además que si las monjas quieren autoflagelarse están en su derecho de hacerlos y que impedírselo es avanzar contra su libertad.