La extraordinaria bajante del río Paraná está marcando, cada día que pasa, nuevos registros históricos sin antecedentes en los últimos 50 años. En algunos tramos ya afecta sensiblemente la navegabilidad, y en las ciudades costeras, las tomas de agua para su potabilización.
Mientras evalúan una veda, controlan la actividad pesquera
En cauces superiores, Misiones, Corrientes y Chaco dispusieron vedas pesqueras, por la falta de caudal de agua.
En el caso de Entre Ríos, se viene realizando un recorrido y monitoreo del río, se evalúan informes técnicos y se mantienen contacto con las autoridades de la provincia de Santa Fe, para analizar y adoptar una determinación, que podría ser veda parcial, de algunas especies, o total. Ello está aún en evaluación.
El director de Recursos Naturales de la provincia, Mariano Farall, ayer realizó una recorrida por el río Paraná, y explicó a UNO que se viene monitoreando y fiscalizando toda la actividad pesquera que, indicó, está habilitada por el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 297/20 de Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio, en el artículo 6 inciso 13. “En Entre Ríos estamos haciendo cumplir la Ley de Pesca, que determina la cantidad de especies y tamaño que puede capturar un pescador; por ejemplo, en el caso del sábalo es de 42 centímetros”, apuntó.
Al respecto, dijo que se llevan adelante controles y fiscalización entre las áreas del gobierno provincial como Fiscalización y Recursos Naturales, de la Secretaría de la Producción, Prefectura Naval y la Policía de Entre Ríos, actuando tanto en el río y la costa, como en el transporte del pescado y su comercialización.
“La situación del río Uruguay es distinta, porque la baja no es tan severa”, apuntó.
En la provincia hay unos 2.700 pescadores con carné habilitante, pero en la actividad también intervienen unos 500 fileteros, y en la industria del pescado –con cuatro frigoríficos habilitados– unas 420 personas en forma permanente.
“El río es cíclico. En esta etapa hay que monitorearlo, reforzar los controles y dejar en esta coyuntura de crisis sanitaria y económica al pescador artesanal de subsistencia, el que trae el pescado de medida. El pescador de la costa artesanal, va a pescar su esfuerzo del día, el que le permite subsistir y comerciar, no depreda, no daña. Entonces el control se enfoca en buscar a las personas que no pescan el pescado a medida, o lo hacen con elementos o técnicas prohibidas”, aclaró.
En ese sentido, citó que se están evaluando las poblaciones y generaciones de pescado, cantidades y tamaños, evolución de las cohortes, las dinámicas de cada especie, especialmente la que están en peligro.
En la actualidad, se encuentran en veda absoluta la pesca de manguruyú y pacú por Ley Provincial Nº 4.892; el surubí tuvo un período de veda que expiró el 15 de marzo. El surubí, como el dorado, son también especies en peligro.
“La Dirección General de Fiscalización controla junto a Prefectura y Policía, pescadores acreditados con carné de pesca, acopiadores, transportistas cumpliendo condiciones de carga y a la industria frigorífica”, aportó. Respecto a la labor de la industria, recordó que existe un cupo de exportación de pescados vigente, avalado por un equipo técnico interprovincial (Entre Ríos y Santa Fe) que tiene en cuenta las variables hidrológicas del rio en contexto de bajante y el estudio del recurso, con lo cual se otorgan y habilitan cantidades.
En lo comercial, el recurso ictícola del río Paraná, lo componen especies como sábalo, tararira, boga, patí, dorado y surubí, entre las principales. En el río Uruguay sobresalen el dorado y la boga.
Piden intervención de la Cancillería
La diputada nacional Blanca Osuna (Frente de Todos) solicitó al ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, Felipe Solá, su intervención en ámbitos internacionales de gobierno de la cuenca, por la bajante del Paraná.
El planteo fue en el marco de la reunión que mantuvieron los diputados de la Comisión de Relaciones Exteriores y Culto de la Cámara Baja de la Nación con el ministro Solá a través de videoconferencia. Allí, la legisladora expresó que “si bien el río tiene un régimen que fluctúa entre subidas y bajantes, esta es de tal magnitud que está afectando aspectos sanitarios, ambientales, recreativos y comerciales” e hizo hincapié en los problemas en las bombas extractoras de agua cruda para la potabilización.
Remarcó las dificultades que la bajante ocasiona en el transporte fluvial; el riesgo en la fauna ictícola y en los inconvenientes que le presenta a las cooperativas de pescadores”.
Solá respondió que está en contacto permanente con Brasil y con Paraguay, “porque Paraguay también está afectado por la bajante, y este fin de semana una comisión de técnicos se reunirá para tratar el tema sobre qué pasa con la represa hidroeléctrica Itaipú, en virtud del tratado tripartito que tenemos los tres países, y qué relación tienen con la bajante del Paraná”.
“Al mismo tiempo debo decirles que la bajante del Iguazú es también considerable y estamos en consulta con Brasil para darle una respuesta al pueblo argentino sobre esta situación”, explicó el canciller.
La diputada adelantó que presentará un proyecto solicitando a Cancillería la mediación con Brasil a favor de la atenuación de la crisis y la regulación del flujo de agua de las represas de la misma cuenca, ubicadas en el vecino país.