En el Día Internacional de la Enfermería, La Radio de UNO habló con Mabel Varisco, licenciada en Enfermería y jefa del primer piso de aislamiento Covid-19 del hospital San Martin de Paraná.
Mabel Varisco: "Lo que más preocupa es el personal de salud"
“Es el segundo año que conmemoramos el Día de la Enfermería de una forma muy especial y atípico, pero no deja de ser menos importante. Hace tres semanas, aproximadamente, empezamos a trabajar a cama caliente, de una forma mucho más intensa a la que habíamos tenido en el periodo del verano. Hay mucho movimiento de pacientes y mucho trabajo”, describió a La Red Paraná (88.7).
Sobre las diferencias con el primer año de pandemia por el coronavirus Varisco señaló que este 2021 encuentra a los trabajadores y las trabajadoras de Salud, con más preparación.
“No es parecido al año pasado porque, en el 2020 no sabíamos cómo trabajar para enfrentar esta pandemia y, este año, tenemos más experiencia. Estamos con mucho trabajo pero más tranquilos sobre lo que se está haciendo”.
“El año pasado fue desgastante porque cambiamos todo el sistema de trabajo sobre errores y aciertos”.
Primera línea de la pandemia
Estar en primera línea de la pandemia por el Covid-19 tiene riesgos y temores. Al respecto, la licenciada señaló que su mayor preocupación es el recurso humano. “Lo que más me preocupa es el personal de salud. El contagio es muy fluctuante y lleva 15 días volver a arrancar. No podemos hacer nada con el cansancio del personal de salud, porque no tenemos recambio. El año pasado terminamos agotados física y mentalmente. Ese es mi mayor miedo”, expresó.
“El año pasado fue crítico. Este año el personal de salud está más protegido por la vacunación, o porque la mayoría se contagió, o porque aprendimos a trabajar sobre la marcha. Pero el 2020 fue muy cruel para el personal de Salud. Hubo gente que partió, en la parte de salud pública sino también en la parte privada y ese dolor muchas veces no lo pudimos expresar”.
Doble jornada
Varisco describió un día de trabajo en la sala Covid-19: “Entramos cinco y media o seis menos cuarto y hacemos el pase de sala. Se controla y medica a 30 o 35 pacientes. Hay muchos viejitos a los que hay que darles de comer e higienizarlos y dejarlos en condiciones. Hay que hacer pedidos de insumos. Todo eso en ocho horas. Por guardia hay cuatro o cinco enfermeros para cubrir toda esa demanda. Las ocho horas se trabaja sin descanso ni relajamientos. Es todo dinámico. Son ocho horas diarias, 40 semanales y 160 mensuales a full. Y si el compañero de la tarde no viene, se tiene que quedar alguno que cumplió su turno y esas ocho horas extra que uno trabaja no las pagan como extras, te las devuelven en algún momento, con un franco, cuando se puede”, describió.
Por otra parte, relató que muchos trabajadores tienen doble jornada porque trabajan en otras partes y las 40 horas semanales terminan siendo 80, o más para llegar a un jornal que permita mantener una familia. “Es difícil de sobrellevar; 80% del personal que trabaja en la sala tiene doble turno y trabaja en otra parte. Mucha gente pasa 17 horas fuera de su casa y es un desgaste muy importante”.
Los respiradores
“Nunca tuvimos que elegir a quien darle un respirador. Acá eso no ha pasado”, dijo Varisco y abundó: “Hay herramientas para que eso no suceda y muchas pautas antes de llegar a tener que elegir a quien darle un respirador. Eso es un mito e inculca mucho miedo”, dijo aunque admitió que en otras partes del mundo ha sucedido.
Los cuidados y prevención de la sociedad
“Es una cuestión de educación. Nos falta conciencia, pero eso no lo podemos cambiar de un día para otro, porque lleva más tiempo y un proceso. “El cuidado que se le pide a la población es muy básico: el uso de barbijo, distanciamiento y lavado frecuente de manos. Son tres cosas muy sencillas de cumplir que hay que incorporar al estilo de vida de cada uno. No es mucho lo que se pide”, afirmó.