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En la esquina debieron derribar la construcción que le dio identidad a esa zona de Paraná. Foto UNO Pablo Felizia.
Eso aún se lee en la placa que acompaña la imagen y que los vecinos guardan. Esa ermita fue un símbolo que le dio identidad a la zona, una referencia, un espacio donde muchas personas se acercaban a rezar, siempre cuidado y llena de flores.
Ahora le prometieron a los vecinos que al finalizar la obra le darán un nuevo lugar, quizás más chico, pero en las cercanías. "La tenían que sacar porque justo por ahí pasa la colectora", dijo a UNO Marcelo Ruggeri, presidente de la vecinal De las Américas, y se lamentó por ser una postal de la zona ya perdida, una imagen representativa que no está. Pero también, esta obra se llevó gran parte de la arboleda que tenía la traza, y aún, si alguien sigue la línea de lo que ya se realizó, queda mucho por sacar.
"En el proyecto original no había colectora y quedaba el espacio verde entre la edificación y la ruta. Era la autovía con tres carriles y en el espacio verde iba un sendero peatonal porque la gente sale a correr en la banquina y a caminar, aunque es un peligro, y también iban a hacer una bicisenda y rotondas, más una pasarela frente a la escuela Tabaré", agregó el vecinalista, pero dijo que ahora mucho de todo eso no se hará. Lo de la pasarela motivó instancias entre los vecinos y la comunidad educativa porque la necesitan y exigen. ¿Cómo harán los chicos de la escuela para cruzar por una autovía donde pasarán vehículos a gran velocidad? Aún no tienen respuestas.
"El cruce de la calle para los chicos estará a 200 metros y dicen que quedará muy lejos. Esto tiene muy preocupada a la escuela", contó Ruggeri, y agregó que esta semana tuvieron una reunión y mantendrán otras.
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Vecinos de la zona guardan la imagen y la placa, como también parte de la ermita. Foto UNO Pablo Felizia.
"Pero además sacaron los árboles, y se supone que pondrán tres por cada uno que ya no está, pero habrá que ver; estamos medio descreídos. Eran muchos árboles y ahora deberán tener una distancia, e irán en el medio si hacen un cantero. Todos lloramos por el verde que no está más. Quedó desértico", dijo, y es verdad, en algunas zonas todavía se ven los troncos cortados de ejemplares que quizás tenían más de 50 años.
Pero además a lo largo de la traza, mientras se trabaja, quedaron varias zonas sin iluminación. Al parecer la Municipalidad entregó el tendido a la empresa que trabaja en la zona porque es lo que se hace en estas instancias, pero hay lugares, sobre todo desde el kilómetro 5, en que deben salir con linternas. "No se ve nada. Si llega a salirse un auto, no sé. Además da mucha inseguridad", agregó Ruggeri con razón.
En los últimos días este barrio también sufre la falta de agua con lugares en donde directamente no sale ni una gota. A los vecinos les dijeron que la obra estará terminada a fines de 2018. Mientras tanto, el cemento avanza, dicen que es el progreso, pero no quita la nostalgia
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