Las labores proyectadas además comprenden prolongar el espigón a unos 50 o 60 metros río adentro y también retirar todo el barro que contribuye a la contaminación, preparando el terreno para el posterior refulado de arena.
La comuna busca garantizar un verano con todas las playas de la ciudad habilitadas, como el Municipal, Bajada Grande y la del Complejo Thompson. Para lograr este objetivo y brindar todas las garantías posibles a la ciudadanía y el turista, se dispondrán controles sanitarios y bromatológicos en las aguas de esa costa.
El titular del Centro Integrador de Servicios Ciudadanos Roberto Sabbioni adelantó a UNO que la expectativa del gobierno municipal es que hacia mitad del próximo mes pueda habilitarse la temporada estival en la capital provincial. Así, los bañistas podrían acceder a las aguas del río Paraná, en las playas de Bajada Grande, en el balneario Parque o municipal – en la Costanera Baja– y el Thompson, y también las piletas de Toma Vieja, Parque Gazzano y el piletón del Thompson.
Tras dos veranos
La expectativa local del verano 2018-2019 es la posibilidad de volver a contar con el Thompson, ya que se trata del sector costero más amplio y con mayores comodidades de la ciudad. Durante los últimos dos años no pudo utilizarse como balneario, por la contaminación que generaba el arroyo Las Viejas en su desembocadura con el río Paraná.
Ello dependerá de que los controles de calidad del agua avalen su habilitación, tras la realización de las obras descriptas en la zona. Justamente desde hoy y durante un par de días, Sabbioni explicó que se trabajará con una retroexcavadora en el arroyo Las Viejas para intentar quitar los materiales sedimentados en el lugar, y así evitar que afecten el estado de las aguas que fluyen hacia el Paraná.