Inclusive, en el resto de Paraná hacía frío y, en esa cuadra de Buenos Aires, entre Cervantes y Laprida, el calor se apoderó de las almas.
El equipo que trabaja en la organización tiene como principal objetivo que los adolescentes "entren a la biblioteca", se acerquen y la conozcan.
El viernes había muchos chicos y chicas, en gran medida preadolescentes, que gritaban porque se asustaban.
Los adolescentes se sacaban fotos, muchas fotos en las locaciones pensadas para la ocasión.
Los padres, jóvenes, también siguieron el movimiento. Algunos de ellos con las miradas perdidas en sus pensamientos.
Cine, fotos, música en vivo, danza, tambores, fuego y el muñeco que se prendió fuego logrando capturar la atención de todos.
El aplauso final de la multitud fue tenue porque un gran porcentaje estaba filmando y sacando fotos con sus dispositivos móviles. Tenían las manos ocupadas.
Es decir, estaban disfrutando interactuando con sus seguidores y amigos de las redes sociales.
El éxito de convocatoria plantea un desafío para los organizadores que, en la edición 2017; tendrán que estar atentos a los adelantos de la tecnología. Seguro que se volverán accesibles las fotografías de 360 grados, por ejemplo.
Es más, seguro que estas líneas quizás las escriba (y seguro que mucho mejor) un periodista que transmitirá en vivo desde su dispositivo móvil en tiempo real.
Mientras tanto los jóvenes lectores seguirán entrando a la biblioteca para buscar sus libros preferidos. Los leerán y subirán sus opiniones a las foros generando los contenidos que la industria ya detectó.
En definitiva, la vida con Internet cambió y solo hay que entender que todo seguirá al ritmo de la tecnología.