La historia transcurre en un pueblo del interior. Los protagonistas: el sacerdote de una parroquia y su monaguillo; entre detalles mínimos y cotidianos muestran las mutuas dependencias, debilidades y las contradicciones de sus vidas. Un pequeño mundo que se transforma en una ventana desde donde pueden vislumbrarse las miserias de una sociedad contradictoria. Así podría sintetizarse Padre Pedro, la obra de José Ignacio Serralunga, cuya última función tendrá lugar el sábado, a las 21.30, en Sala Metamorfosis (Alameda de la Federación 453, de Paraná).
Con apenas tres funciones en lo que va de la temporada 2016, la obra dirigida por Marisa Tissera atrajo al público de Paraná, que colmó la sala en cada oportunidad.
“Estamos muy contentos con lo que está pasando con la gente en las funciones, yo no esperaba que la obra pegue tanto como lo está haciendo. Las funciones anteriores fueron a sala llena, y esperamos que la última función sea igual”, señaló a Escenario Marcelo Amorosi, quien encarna al sacerdote en el espectáculo.
El proyecto nació en mayo de 2015, cuando Amorosi halló esta joya dramática de Serralunga y le contagió a con Tomás Núñez –el monaguillo Dante– las ganas de llevarla a escena en Paraná. Tissera se incorporó en setiembre de 2015 como directora del espectáculo. “Cuando yo la convoqué, la idea era que ella cada tanto viniera y limpiara un poco la puesta. Pero cuando leyó el texto se enamoró y se puso a trabajar de lleno, y fue un verdadero alivio que haya querido dirigir completa a la obra”, contó Amorosi.
Núñez es un novel actor paranaense, y esta es la primera vez que incursiona en el drama, ya que su experiencia previa a Padre Pedro consistía en comedias y musicales infantiles. El género dramático le resultó gratificante, a pesar de que la obra es un gran desafío y el peso de la trama recae solo sobre dos actores.
“La obra habla mucho de todo, no se salva nadie. Trata problemáticas fuertes que por ahí a la gente les choca, en algunas partes trata la violencia de género y muchas personas se sintieron tocadas, también se cuestionan muchas cosas sobre la Iglesia. Por ejemplo, sobre el sacramento de la confesión: ¿qué es, sino una excusa? Uno hace algo mal, se confiesa, se salva, pero después lo vuelve a hacer y cae en un círculo vicioso. O el celibato de los sacerdotes. Creo que el planteo lleva a la reflexión y a nosotros nos parece importante que la obra genere eso, que la gente se quede a hablar con nosotros después de cada función”, expresó Núñez.
En este sentido, contó: “Al final de la función hacemos una breve encuesta, y por lo que hemos visto, en cada función la mirada es muy distinta. Nos interesa saber lo que la gente piensa y lo que le pasa con estos personajes. Yo interpreto al monaguillo, un hombre casado, y por ahí se cuela un tercer personaje que no aparece en escena pero que sin embargo está muy presente a lo largo de la historia”.
La obra de Serralunga ha sido aclamada por la crítica y llevada a las tablas en varios países de América Latina, España e incluso en varias ciudades entrerrianas. El autor, que es oriundo y reside en Santa Fe, honró con su presencia a Tissera, Amorosi y Núñez en la función anterior en la Sala Metamorfosis.
Al respecto, Amorosi relató: “Tuvimos una larga charla con él sobre el trabajo que hicimos; más allá de su genio a la hora de usar la palabra, rescato la inteligencia con la que están creados los personajes, porque cada parlamento deja algo importante. Además rescato la humildad de Serralunga, porque en ningún momento se metió con nuestro trabajo; desde que yo me contacté con él para hacer la obra, me dijo ‘dale para adelante, el texto ahora es de ustedes’. Después de la función fuimos a comer y estuvimos charlando, a él realmente le gustó lo que hicimos con su texto”.
Una obra aclamada
El Fondo Nacional de las Artes convocó al Concurso 50º Aniversario Fondo Nacional de las Artes - Obras Inéditas de Teatro 2008, con el propósito de alentar, apoyar y promover la creación de obras inéditas de teatro que refieran preferentemente a las problemáticas nacionales.
El actor, director y prolífico dramaturgo santafesino José Ignacio Serralunga obtuvo una mención especial por su obra Padre Pedro. El jurado estuvo compuesto por Graciela Araujo, Mauricio Kartun y Jorge Rivera López.
La obra fue escrita a partir de un taller de dramaturgia que se realizó en Santa Fe con la asistencia de Mauricio Kartun, Lautaro Vilo y Ariel Barchilón. Luego de terminado el taller, y considerando las devoluciones de los citados profesionales y de los compañeros de taller, todos colegas de la ciudad, José Ignacio retomó la escritura y la trabajó con la premisa de construir sólidamente las personalidades de cada personaje, las relaciones entre ellos y el universo que los rodea.
La miseria humana condensada en los trajines de una sacristía
El sábado tendrá lugar la última función de “Padre Pedro”, de José Ignacio Serralunga
24 de marzo 2016 · 07:05hs