Evangelina Ramallo/Ovación
La meta es incluir
La Fundación de Vela Adaptada de Argentina nació dos años atrás. Pilar García Hernández fue la impulsora y es actualmente su máxima representante. Con el objetivo de incluir en el deporte a personas con discapacidad recorre el país llevando su propuesta. A Paraná llegó atraída por el interés del Club Náutico para implementar una escuela de navegación especial. El desafío ya está en marcha.
Pilar es integrante del Equipo Olímpico Argentino de Yachting. Ayer recorrió las instalaciones del CNP, dialogó con los dirigentes y encontró la respuesta que esperaba: “Por parte de la fundación y del club ya está el sí para comenzar a trabajar. El impulso lo va a dar la gente local. El objetivo de todo esto es que personas con discapacidad física o mental aprendan a navegar, que se desarrollen en el deporte y que a través de eso puedan encontrar autonomía”.
—¿De qué depende para que se pueda llevar a cabo?
—Lo más importante es la voluntad del club, que ya está. Por eso creo que esto va a salir y se va a llevar a cabo. Después son los recursos para poder pagarle a los entrenadores y el equipamiento, que también confío que va a salir de algún lado.
—¿Qué es lo que le permite esta actividad a una persona con discapacidad?
—Permite que esa persona se vea capaz de poder desarrollar un deporte y además en conjunto con otras personas que no tienen discapacidad. Al no requerir un movimiento como por ejemplo correr y saltar, todos pueden hacerlo. Se puede adaptar el barco a la persona y esto permite que alguien con discapacidad pueda navegar con otra persona sin discapacidad en prácticamente las mismas condiciones. Eso pasa en muy pocos deportes.
—¿Habrá capacitaciones?
—Antes de comenzar la fundación da una capacitación de tres o cuatro días en el lugar a profesores y después hay todo un seguimiento para que la escuela siga creciendo.
—¿Qué sentiste la primera vez que alguien en el marco de este proyecto alcanzó el objetivo?
—La primera vez que un alumno navegó solo fue una sensación de libertad y de mucho orgullo.
un compañero. El olímpico Lucas Calabrese llegó a la capital entrerriana acompañando a Pilar, su novia. Ganador de la Medalla de Bronce en Londres (en clase 470 junto a Juan de la Fuente), no deja de sorprenderse ante la repercusión de la iniciativa encabezada por su pareja: “En esto estoy de espectador y aprendiendo un poco de todo lo que hace Pili, que me parece espectacular”, dijo.
El regatista aprovechó además para conocer de cerca el trabajo del CNP: “Me encanta ver que el deporte crezca en todo el país. Históricamente estuvo muy centralizado en Buenos Aires y que se empiecen a desarrollar nuevas escuelas está bárbaro y nos sirve a todos”.
Según Calabrese el yachting debe apuntar a convertirse en una propuesta más inclusiva: “Es un deporte que tiene un prejuicio bastante grande, que es muy cerrado o elitista. Nosotros tenemos ganas de cambiar eso y demostrar que lo puede practicar cualquiera, que no es tan caro como dicen y que es para todos”.
En cuanto a las perspectivas argentinas rumbo a los Juegos de Río 2016, Lucas analizó: “Desde que se fundó el Enard todo lo que tiene que ver con el olimpismo creció bastante, pero la realidad es que también ha crecido en los países que son competencia nuestra y lo han hecho en una velocidad aún mayor. Creo que a nivel país tenemos que seguir creciendo”.
De todas formas el medallista olímpico destacó el gran momento que está atravesando a nivel personal: “Dentro del equipo nuestro nos vemos muy fuertes. Ayer (por el martes) salió el ranking y estamos segundos a nivel mundial, algo que no se dio nunca en Argentina. Así que en nuestro pequeño-gran proyecto nacional estamos más que bien”.












