El juez federal Fernando Poviña le trabó un embargo por 11 millones de pesos. El administrador del ingenio azucarero Ledesma en aquellos años, Alberto Lemos, también fue procesado. Se los acusa de haber actuado como cómplices primarios.
La justicia procesó a Blaquier por 29 secuestros en 1976
El fiscal de la causa que investiga crímenes de lesa humanidad cometidos en Jujuy durante la dictadura cívico-militar, Pablo Pelazzo, afirmó hoy que el procesamiento del presidente del ingenio Ledesma, Carlos Blaquier y del ex administrador, Alberto Lemos, "marca una línea muy importante en cuanto a la responsabilidad de civiles" en el terrorismo de Estado.
"El procesamiento de ambos implica que se confirman los elementos presentados en la causa", dijo el fiscal al referirse a "declaraciones testimoniales de sobrevivientes, familiares de las víctimas y documentación que acredita las relaciones de la empresa Ledesma con autoridades provinciales y nacionales de la dictadura".
Ayer, el juez federal de Jujuy, Fernando Poviña, dictó el procesamiento del empresario dueño del ingenio Ledesma, Carlos Pedro Blaquier, y del ex administrador general, Alberto Lemos, por los delitos de "privación ilegítima de la libertad, torturas, homicidio y violación de domicilio" como parte de los operativos de las fuerzas represivas.
Además, dictó un embargo por 11 millones de pesos para Blaquier, mientras que en el caso de Lemos el embargo alcanza a 5 millones y medio de pesos.
En declaraciones a la Televisión Pública, Pelazzo consideró "muy importante que se haya evaluado que existen pruebas fuertes en relación a la comisión de esos delitos".
El presidente de Ledesma está acusado de secuestro masivo y la desaparición de personas en la "Noche del Apagón", hecho ocurrido entre los días 20 y 27 de julio de 1976 en los pueblos de Calilegua, Libertador San Martín y El Talar, cuando fueron detenidas alrededor de 400 personas, de las cuales hay más de una treintena desaparecidas.
Otros de los cargos contra Blaquier y Lemos es haber puesto a disposición de grupos de tareas integrados por militares, gendarmes y policías, vehículos de la empresa en los cuales se trasladó a los detenidos a distintas comisarías de Ledesma y posteriormente fueron llevados al centro clandestino de detención en el paraje de Guerrero, a pocos kilómetros de San Salvador de Jujuy.