Hace un año, con la convergencia de distintas variables, el rubro de la construcción dio un salto sustancial y los corralones llegaron a incrementar en más de 180% sus ventas.
La construcción bajó, aún con un costo menor a la inflación
Si bien hay que tener en cuenta que la actividad estuvo suspendida hasta principios de mayo de 2020, incidieron en esta tendencia cuestiones como las restricciones para comprar dólar oficial, el valor del dólar blue, la imposibilidad de hacer un viaje o invertir en esparcimiento.
Estos motivos, sumados a que la gente en general pasó más tiempo en su casa, llevaron a que más personas destinaran sus ingresos a refaccionar su hogar, o construyeran en la medida de sus posibilidades para ganarle a la inflación y que su dinero no pierda valor ahorrando en pesos.
Pero cuando el rubro parecía encaminarse, la alta demanda que se dio entonces, en un contexto en el que las fábricas nacionales tuvieron serias dificultades para seguir produciendo debido a las consecuencias del avance del Covid, como por ejemplo fábricas cerradas debido a contagios de trabajadores o por el aislamiento de los mismos, provocó la falta de stock de diversos artículos, y esto afectó el importante movimiento que se venía dando.
Ahora la situación es diferente y las últimas restricciones parecen haber impactado de algún modo, al menos de momento, a los locales dedicados a la venta de materiales de construcción y la demanda se fue desacelerando.
Al respecto, Adrián Brunelli, referente de un corralón del Departamento Diamante, comentó a UNO: “Cada localidad vive realidades distintas. En mi experiencia, después de un muy buen segundo semestre el año pasado en la construcción, este año no arrancó de la misma manera. El primer semestre de este 2021 está siendo bastante flojo e intermitente, hay como momentos de mayor venta y después afloja”.
“Con las nuevas restricciones obviamente se vuelve a poner inestable el panorama. Eso sumado a la inestabilidad del país y del dólar generó que el primer semestre de este año no haya sido bueno para la construcción”, analizó.
Con respecto a la demanda, sostuvo: “Hay gente que está buscando destinar su dinero en la construcción porque no puede comprar dólares y demás, pero no hay un plan de obras, ni del gobierno ni del ámbito privado”.
Sobre los precios, indicó: “Han seguido aumentando. A fin de año habían quedado por debajo de la inflación y el dólar, y ahora es como que se han acomodado, y los precios han subido sistemáticamente”.
“El stock se normalizó bastante, producto de que aflojaron las ventas en el rubro, ya que las grandes fábricas no han hecho inversiones y están produciendo lo que pueden.
Con bajas de personal por Covid y todo, no hay mucha oferta, pero como bajó la demanda hay stock. Si bien hay algún faltante puntual, no es como en diciembre del año pasado, que era un desastre, no había hierro, ni ladrillo ni otras cosas. Actualmente, si no tiene algo un proveedor, vas a otro y conseguís”, aseguró.
Variación de costos
A pesar de este panorama hay que destacar que hay quienes siguen apostando a la construcción, considerando que la variación en abril respecto del mes anterior fue del 2,15% en Entre Ríos, según las mediciones que hace el Colegio de Arquitectos de la Provincia, y quedó por debajo del índice de inflación, que alcanzó el 4,1%.
El presidente del organismo, Carlos Fernández, explicó a UNO que este índice de la construcción en la provincia se confecciona en base a datos de corralones y empresas de Entre Ríos y comparó: “En marzo la variación respecto del mes anterior había sido del 3,8%, en febrero del 3,6% y en enero del 4,9%”.
El arquitecto coincidió en que el tema del stock se resolvió y subrayó que “muchas fábricas retomaron en noviembre sus actividades y se empezaron a regularizar las entregas, que hasta entonces habían tenido un déficit, sobre todo en hierro o ladrillo”.
No obstante, observó: “Lo que he notado es que si bien ha habido actualizaciones de precios dos veces al mes en algunos productos, en general todo fue aumentando medio parejo. Y lo que me ha llamado la atención es que hay muchas variaciones de presupuestos para el mismo producto en diferentes marcas y no está claro el valor en algunos rubros”.
Muchas consultas
Por su parte, Mario Godoy, propietario de un corralón de calle Blas Parera, en Paraná, comentó a UNO que en la actualidad la gente compra, pero antes averigua los precios y pide presupuestos en diferentes corralones: “Hay demanda ahora para refacciones o construcción de cero, pero los clientes buscan mucho precio. Tenemos todo tipo de consultas y pedidos de presupuestos, hechas tanto por el que está pintando como el que está buscando una bolsa de cemento o el que requiere un presupuesto grande de arena, de canto rodado, de una cantidad de ladrillos o de hierro”.
Sobre los precios, sostuvo que “venían aumentando”, pero afirmó que esta semana no hubo variaciones. “Por ahí uno no tiene en cuenta lo que ha aumentado el rubro, pero vemos que el cemento o la cal han tenidos incremento de entre un 3% y un 4% dos o tres veces en el año”.
Hoy, según mencionó, la bolsa de cemento está alrededor de 707 pesos, el plasticor está a 600 pesos; la bolsa de cal de 25 kilos ronda los 560 pesos; el hierro del 6 cuesta 780 pesos y el del 8 sale 1.100. “En tanto, el ladrillo del 12, que es el básico de la construcción, está a 57,20 pesos. Esos son todos precios unitarios, por cantidad se mejora”, señaló.
En referencia a los medios de pago, Godoy refirió: “Hay de todo. Hay gente que compra en efectivo; o recurre a los planes Ahora 12 o Ahora 18, que tienen poco recargo”, indicó.
Por último, destacó que las líneas de crédito del Procrear, sobre todo para hacer refacciones, es lo que le sigue dando cierto impulso al sector.