Edgardo Comar / Ovación
La consideración no es igual con ciertos jugadores
Con 15 fechas disputadas, tres por jugar antes del receso y cuatro por disputar para culminar la primera rueda, se puede calificar numérica mente como buena la tercera campaña de Patronato en la B Nacional. El Santo totaliza 21 puntos, aunque la sensación de que podría tener alguno más, está latente. La debilidad de la localía impide un mejor posicionamiento, aunque parafraseando a Claudio Marini: “Se está cumpliendo con las expectativas creadas”.
Más allá de lo estadístico, hay otras cuestiones que analizar y que marcan un comportamiento de la dupla que complementa Luis Medero para con sus dirigidos. La banca es para todos, en distintas proporciones. Algunos ni siquiera tienen consideración de aquellos que desde el banco toman las decisiones que pueden incidir o no, en un resultado final.
Entre los que tienen mayor crédito se incluye a aquellos que más allá de repetir flojas actuaciones son sostenidos por dentro del grupo de los once. Allí se puede incluir a Gabriel Bustos que desde la goleada de Huracán a esta parte viene reiterando opacas labores. Igualmente el Chaca es inamovible. Haber sido uno de los puntales en el proceso anterior y saber que la jerarquía natural puede a volver a escena en cualquier momento, parece ser el argumento para mantenerlo en cancha.
Contra Olimpo se dio el caso de Luis Alberto Gutiérrez, por su convocatoria a la Selección de Bolivia, llegó con un gran desgaste motivado por los continuos viajes. La vuelta de Lucas Márquez -que terminó siendo uno de los mejores laterales en la primera parte del semestre- aparecía como casi lógica, pero no. Se apostó a un jugador con un trajín importante y que más allá de haber cumplido o no con su función, dio ventajas desde lo físico.
Gastón Machín, fue uno de los últimos en sumarse al plantel. De inmediato se ganó la preferencia de los entrenadores. Poco importó que no efectuara pretemporada. Cuando no hubo alguna dolencia física estuvo desde el primer minuto o siempre se lo consideró como una de las primeras alternativas de recambio. Es verdad, que casi siempre sin descollar, tuvo rendimientos aceptables.
Sebastián Vidal, tuvo un alto vuelo con Boca Unidos y después intercambió rendimientos satisfactorios con regulares. Que haya sido incluido en el juego con Central afectado de una seria dolencia muestra la predilección del cuerpo técnico hacia el Pollo.
En la vereda opuesta, dentro de los que no se les admiten bajos niveles asoma en primera línea: Patricio Pérez. Por ser poseedor de una gran calidad al Pato no se le perdona una. Pocas veces se lo aguantó un partido completo, si su andar no fue el ideal. Llamó poderosamente la atención que no integrara el plantel que viajó a Bahía Blanca, después haber sido titular frente a Nueva Chicago.
Gastón Rossi, con un bajo nivel generalizado, tuvo un buen andar, en el revés con Gimnasia La Plata. Con posterioridad se lo utilizó poco y nada. Contra Olimpo dio un aporte positivo en los pocos minutos que jugó.
Dentro de los que no son tenidos en cuenta, solo para ser partenaire de los que salen a la disputa de los partidos oficiales, se puede mencionar a Edgardo Brites -apenas 18’ con Douglas Haig- y Sergio Chitero -fue suplente con Crucero del Norte-. El clamor popular sostiene que pueden dar más que otros jugadores que se mueven en las mismas posiciones (Jorge Piñero Da Silva o Diego Martínez a los que se le entregaron ciertas chances). Los dichos del hincha no superan una simple teoría: imposible comprobarlo en la práctica; Indio y Checo, por ahora, son elementos de práctica. Un segmento más sería el de los idolatrados: Sebastián Bértoli, Walter Andrade, Gabriel Graciani que por todo lo que le han entregado al club, no admiten discusión.
A pesar de que lo entrenadores proclaman que las posibilidades se reparten en la misma proporción para todos, con el paso de los partidos mientras aumenta el porcentaje para unos, disminuye para otros. “Cada maestrito con su librito”, reza un axioma. Y en ese librito se registran.