La titular del Juzgado de Instrucción N°2, Paola Firpo, resolvió clausurar la etapa de investigación de la causa "Ilarraz, Justo José s/Promoción a la Corrupción Agravada" y corrió vista a la Fiscalía para que dictamine si resta realizar alguna diligencia o si corresponde sobreseer al imputado o elevar la causa a juicio, informaron fuentes tribunalicias.
La causa Ilarraz, más cerca del juicio
La jueza Firpo corrió vista al fiscal, quien en 10 días puede sobreseerlo o requerir la elevación a juicio.
2 de julio 2016 · 08:11hs
De esta manera, el proceso que fue motorizado por la denuncia de una de las víctimas en un medio de comunicación y que llegó a la Justicia ordinaria por la intervención del procurador general, Jorge García, quedó a un paso ser elevado a juicio oral y público. Para llegar a esta instancia debieron transcurrir casi cuatro años, con rechazos a la prescripción por parte de diferentes juzgados, la declaración y el posterior procesamiento de Ilarraz, mientras se alargaba la espera por justicia de las víctimas. Uno de los abogados querellantes, Milton Urrutia, se refirió a la resolución de la jueza y a lo que viene para una causa que generó un verdadero temblor en el clero paranaense. "Tengo sensaciones encontradas, pero ha sido un largo camino de mucho sufrimiento. Entiendo que desde siempre hubo un descrédito hacia las víctimas y mucha persecución hacia mi persona", analizó en forma retrospectiva una de las voces autorizadas dentro del expediente.
El abogado dijo sentirse satisfecho en el plano personal "por el deber cumplido con mis compañeros del Secundario y porque triunfó la verdad y el bien". Por otro lado, Urrutia se refirió a todo lo que debió soportar por ser uno de los abogados que se puso al frente de la investigación. "En lo profesional me siento abusado y decepcionado porque luché incansablemente desde los albores de la causa y fui desplazado sin siquiera recibir un agradecimiento por la tarea desarrollada", cuestionó en declaraciones a UNO.
Urrutia consideró que haber llegado a este punto significó "un triunfo" para las víctimas. "Va a ser un alivio para ellos, porque más adelante podrán decir 'algo hice'. Porque esa es la finalidad desde el punto de vista penal", acotó.
Asimismo recordó haber sido víctima de amenazas por su condición de querellante en junio de 2014, que se concretaron con un ataque con materiales explosivos en la puerta de su vivienda: "Hoy estoy muy dolido, pero lo voy a superar. Soy un resiliente de los abusos que sufrí en el Seminario Menor en la infancia. Si superé haber sido abusado y humillado voy a superar lo que hoy me toca vivir", se sinceró.
Consultado por la demora que ha sufrido la causa en su tramitación, el profesional explicó que se debe a "todos los recurso que ha interpuesto la defensa, porque faltó celeridad en algunos jueces y motivado por diferentes cuestiones procesales". Sobre la situación procesal de Ilarraz y el porqué pudo permanecer en libertad a la par de que se desarrollaban las actuaciones respondió: "Porque nunca se atrevieron a pedirle la prisión preventiva, esa tarea es de quien comanda la querella o del fiscal. No sé cuál fue la razón, incluso se pudo haber pedido cuando quedó procesado", sentenció.
Ahora el fiscal Ramírez Montrull deberá manifestar si la instrucción está completa, si corresponde sobreseer, disponer una prórroga o elevar la causa a juicio.
Pericias a víctimas, la última prueba
La magistrada recibió ayer la ampliación de una pericia psicológica y psiquiátrica que había sido dispuesta en el marco de la investigación y estaba pendiente.
Se trata de una pericia asociada a la correspondencia que presentó en su momento la defensa, con la cual buscaba demostrar el vínculo que habría existido entre los denunciantes y el acusado, incluso mucho tiempo después de los hechos que se investigan. En un primer momento los querellantes se habían opuesto a este nuevo estudio, porque entendían que se revictimizaba a los denunciantes y que en cierta forma se buscaba dilatar el avance de la causa. La tarea de los forenses se hizo en base a los interrogatorios que en su momento hicieron las partes y sin la presencia de las víctimas. Los médicos recurrirán al expediente, en la búsqueda de las actuaciones referidas a la cartas que Ilarraz envió a tres de las siete víctimas.