A tres semanas del inicio de la Jornada Mundial de la Juventud, que se realizará en Brasil, y que se constituirá en la primera visita a Latinoamérica del papa argentino Francisco, la Iglesia local realiza encuentros preparatorios para los grupos de jóvenes que partirán a ese destino.
Jóvenes se preparan para recibir a Francisco en Brasil
Días atrás, en las instalaciones del Colegio Nuestra Señora de la Merced se realizó el 2º encuentro de preparación para algunos de estos grupos que peregrinarán hacia Río de Janeiro, entre los días 23 y 28 de julio.
En la oportunidad, estuvo el arzobispo Juan Alberto Puiggari, que presidio la misa al finalizar la jornada, en la Parroquia Sagrado Corazón.
Al mismo tiempo, el sábado a las 19 se hará la denominada misa de envío, en la Catedral Metropolitana. Posteriormente, se desarrollará un acto cultural en el atrio del templo.
En el caso de la Diócesis de Paraná, se estiman que unos 500 jóvenes irán hacia ese destino.
Pasaron los primeros 100 días
Por otra parte, el obispo de Gualeguaychú, monseñor Jorge Lozano reflexionó el domingo sobre la misión y lugar que ocupa el papa Francisco en la Iglesia, luego de que ayer se celebrara la solemnidad de los santos Pedro y Pablo y el Día del Papa. Recordando los cien primeros días del pontificado de Francisco, definió que han sido “una gran alegría” para la Iglesia y para el mundo.
En este sentido, reseñó algunos gestos de las enseñanzas del Santo Padre y rescató sus expresiones sencillas pero llenas de valor. Que el Papa sea argentino y latinoamericano es una gran responsabilidad para vivir en coherencia espiritual, afirmó.
“Quien conduce a la Iglesia es Jesús Resucitado; Él no terceriza el pastoreo en el Papa. Envía el Espíritu Santo para regalarnos la fe, nos reúne en comunión y nos alienta en la misión. Sin el Espíritu Santo no existiría la Iglesia, sería como un cuerpo sin alma, o una ONG piadosa”, expresó.
Monseñor Lozano, que fue auxiliar en Buenos Aires del cardenal Bergoglio, indicó que Jesús confió a los apóstoles el cuidado de la Iglesia, sin desentenderse de ella. “Los envió a predicar y construir la comunidad cristiana, a bautizar para hacernos familia de Dios, con la promesa cierta de que el estará hasta el fin del mundo”, observó.
Recordando los 100 primeros días del pontificado de Francisco, definió que han sido “una gran alegría” para la Iglesia y para el mundo. En este sentido, reseñó algunos gestos de las enseñanzas del Santo Padre, como inclinarse para pedir que el pueblo rece por él, besar con ternura a niños y enfermos, tener pobreza en sus vestimentas y traslados, sencillez en el trato, grandeza al recibir gente de lo más diversa, cercanía con los pobres –entre los que destacó a Félix Díaz, cacique qom.
También rescató sus expresiones sencillas: “La mortaja no tiene bolsillo”, “nunca vi detrás de un coche fúnebre un camión de mudanza”, “tirar la comida es robarla de la mesa de los pobres”, “la Iglesia no debe ser una aduana pastoral”, “sean pastores con olor a oveja” y “¡Cómo quisiera una Iglesia pobre y para los pobres!”.
“Seguramente algunos agregarían unas cuantas más que ya tienen lugar en su corazón. Que el Papa sea de nuestro país y continente nos da mucha alegría, pero también es un compromiso importante, un llamado adicional a la coherencia evangélica. Demos gracias a Dios por el Papa que tenemos y no nos olvidemos de rezar por él”, concluyó.
La cifra
500 La cantidad aproximada de jóvenes de la Diócesis de Paraná, que participarán de las jornadas en Río de Janeiro.
El viernes se publicará su primera encíclica
La primera encíclica del papa Francisco titulada “Lumen fidei”, se publicará el próximo viernes. El documento, “no muy extenso”, dijo el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, padre Federico Lombardi SJ, será presentado a las 11 en esa sede por el cardenal Marc Ouellet PSS, prefecto de la Congregación para los Obispos y por los arzobispos Gerhard Ludwig Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización, respectivamente.
El documento supone el culmen a las encíclicas sobre las virtudes cardinales -fe, esperanza y caridad- que se propuso escribir Benedicto XVI, hoy papa emérito, durante su pontificado.
Hace unas semanas, Francisco definió al trabajo como una “encíclica a cuatro manos”.