—¿A qué edad empezaste con el básquet?
—A los 12.
Johanna Puchetti, la doctora del básquet
—¿En qué club?
—En el sur. Mi viejo es militar y lo derivaban cada cinco años y me metí a jugar en un Polideportivo en 28 de Noviembre que está a 200 kilómetros de Río Gallegos en Santa Cruz. Hacía de todo un poco y entre esas cosas hice básquet.
—¿No probaste con otro deporte?
—Cuando vine a Paraná en el 2001 mi idea seguir handball porque allá era furor y me encontré con que acá no se jugaba entonces me lo presentaron al Pata (Gómez) en Talleres y también hice hockey sobre césped, hasta que se me rompió el palo y la espalda, ja.
—¿Te decidiste por el básquet por fuerza mayor?
—Pegué el estirón y el palo me quedó corto y entre que tenía que comprar el palo nuevo y comprar zapatillas de básquet y eso sumado a los problemas de escoliosis, me dijeron dedicate al básquet nomás, ja.
—¿Un partido?
—Cuando rompimos la racha de San Agustín en el torneo local. Ellas ganaban todo y nunca podíamos ganarle. Éramos pendejas y no me olvido más. Fue algo increíble porque además le ganamos en su casa. Ahí comenzó la racha de Talleres.
—¿Un equipo?
—El nuestro, Talleres. No pasé por muchos, pero es algo distinto. Nos conocemos tanto que en otro lugar no podía estar más cómoda.
—¿Un técnico?
—El Pata (Cristian Gómez).
—¿Un club?
—El club de mis amores, Talleres.
—¿Cómo es jugar la Liga Nacional con tu club de barrio?
—Es lo más lindo que le puede pasar a un jugador que se cría y crece acá adentro. Es el logro al que uno quiere llegar. Más en esta Liga que fue especial porque tanto las jugadoras como el cuerpo técnico estuvimos en la organización y muy metida de lleno en todo. La licitación, la plata y este año lo buscamos y lo lograrmos.
—¿Cuesta todo el doble para las mujeres?
—El doble o el triple. Cuesta muchísimo porque a pesar de los logros que tiene el club en básquet femenino, la falta de apoyo se nota. Y nos cuesta un montón porque a la gente le cuesta depositar la confianza en el básquet femenino. Siempre está la comparación con el masculino y no deja de ser la misma que juega Sionista. Por eso nos da mucha alegría y nos pone muy orgullosas cuando nos salen las cosas.
—¿Qué hacen para juntar fondos?
—Vendimos empanadas, repartimos notas, buscamos ayuda con la gente que siempre fue del club y no está y nos tiran unos pesos. Nos movemos y vemos a quien podemos manguear. Buscamos la policía, el alojamiento, la comida gratis. Yo soy jugadora y tesorera. Llaman y piden hablar con la tesorera y soy yo.
—¿En el medio de la carrera te recibiste de médica?
—Sí, me recibí hace dos meses. Era algo pendiente que lo postergaba por el básquet. El año pasado lo postergué por la Selección y este año por suerte pude sacar la última materia. Ahora estoy haciendo las prácticas para sacar la matrícula. Estoy en el centro de salud y quiero darle saludo especial a Mirta la enfermera.
—¿Cómo te repartías el tiempo estudiando Medicina, jugando en Talleres y en la Selección?
—La verdad que es muy lindo. Depende mucho de las ganas que tenga uno de hacer las cosas. Yo me acomodé siempre. Iba a cursar, preparaba los libros, las vendas y la camiseta y me venía cambiando de camino. Toda la semana era así. Todo se puede. Hay un par de chicas que quieren estudiar y una de ellas cursa el primer año y no viene a entrenar entonces le digo, pero acomodate.
—¿Esperabas llegar a la Selección?
—Estuve entrenando con la Preselección y esperé hasta el final cuando dieron la lista para Turquía y bueno. A los dos meses quedé buena onda con el técnico de la Selección y lo tenía en el facebook y con él cambié de puesto. Jugaba de cuatro y empecé a jugar de tres. Me dice te voy a pasar unos videos de fundamentos y cuando terminamos la concentración me invitó un café y me dijo te va a cambiar el mundo cuando veas el aro de frente porque yo jugaba de espalda. Contactame cuando volvamos de Turquía me dijo. Esperé dos semanas y cuando volvieron le pregunté por facebook si me iba a pasar los CD y me contestó que vaya reservando la semana del 23 de agosto porque me iba a Grecia. Por facebook me dijo: “No digas nada, pero te vas a Grecia al Mundial FIBA de tres por tres”. No lo podía creer. Fui una semana a entrenar y solo lo sabían mi novio y mi viejo. Hasta que no aguanté más y le dije al Pata. Fue una experiencia hermosa. Conocí un lugar que nunca en mi vida hubiese conocido.
—Ahora sos la goleadora y una de las mejores jugadoras del primer cuadrangular de la Liga
—No me lo esperaba porque había jugadoras importantes y equipos con dos extranjeras y jugadoras de la Selección. Lo viví con tanto esfuerzo y pienso tanto en el grupo que no esperaba un reconocimiento tan importante. Si me puso muy contenta el reconocimiento al Pata (Gómez fue elegido mejor entrenador) porque hizo mucho con muy poco. Estuvimos ahí de poner otro triunfo. Habíamos perdido por tres ante Sol Dorado.
—¿Es difícil el vestuario de mujeres?
—No he pasado por muchos clubes, pero no me he llevado buenas impresiones. El vestuario saca la hilacha. He tenido situaciones en las cuales he dicho “pucha, me gusta estar donde estoy”. La he pasado feo con técnicos que no me han tenido confianza y con jugadoras que han hecho muchas cosas para que no esté. La mujer es complicada y es de mucho lleva y trae. Por eso acá estoy muy bien. Acá primero hay que ser buena persona y después jugadora.
—¿Un viaje?
—El de Grecia.
—¿Qué música escuchás?
—De todo un poco, pero me gusta mucho el rock alternativo, Me gusta Aerosmith, Guns and Roses y mucho la onda de Linkin Park, es muy motivante.
—¿Hincha de?
—San Lorenzo.
—¿Una golosina?
—El chocolate es mi debilidad.
—¿Una película?
—Te puedo decir desde Titanic, hasta Juego de Honor. Miro de todo. No tengo una en particular.
—¿Una bebida?
—La coca.
—¿Qué te gustaría leer en los diarios de mañana?
—Estoy trabajando con las más chiquitas y me gustaría que haya una inserción de los más chicos. Me toca vivir una realidad muy fea haciendo las prácticas en la zona del Volcadero. Me gustaría que el día de mañana se destine mucha plata para construir polideportivo de gran complejidad para que los chicos puedan salir de esa realidad porque son nuestro futuro.
Una goleadora que deja todo por la camiseta
Johanna Puchetti nació el 12 de julio de 1987 en Crespo, Entre Ríos. Juega al básquet y este año se recibió de médica.
Empezó a jugar al básquet en 28 de noviembre, Santa Cruz. Jugó en Talleres de Paraná, San Justo y la Selección Argentina y Entrerriana. Ganó 15 títulos locales con Talleres de Paraná. Jugó la Liga Nacional en el 2006 y luego con San Justo (Departamento Uruguay). Disputó el Mundial 3x3 FIBA en Grecia y todos los argentinos de Mayores con la Selección de Entre Ríos.
Fue elegida la mejora jugadora del primera Cuadrangular del Campeonato Argentino de Clubes disputado la semana pasada en Paraná.











