Se inaugurará esta mañana la Planta de Clasificación y Tratamiento de Residuos de Paraná, que intenta solucionar el problema ambiental más grave de la capital provincial, como es la existencia del Volcadero municipal, que diariamente recibe 300 toneladas de basura que se depositan -desde hace 90 años- en una superficie de 25 hectáreas. La planta, denominada Manuel Belgrano, es parte de la política de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos -Girsu- que el gobierno municipal lleva adelante desde sus inicios.
Inauguran en Paraná la planta para tratamiento de residuos
“El Girsu es una política que, a través de una perspectiva integral, contempla acciones tanto para la inclusión social y laboral de las familias que viven de la recolección de basura, a la vez que resuelve de modo progresivo la problemática de los residuos, abriendo una nueva etapa en la ciudad”, se informó.
En este marco, la Municipalidad de Paraná construyó y equipó un galpón donde comenzará a funcionar la planta, ubicada en la zona de la Unidad Municipal 2, que linda con el Volcadero Municipal, entre las calles República de Siria, Base Primavera y Florencio Ameghino.
A través de un sistema mecánico se realizará la separación del material que puede ser utilizado para el reciclaje, del resto no reciclable.
También se indicó que el municipio “en una apuesta a la inclusión social y económica, en forma conjunta con diferentes empresas y organizaciones no gubernamentales de la ciudad acompañó la conformación de la cooperativa de trabajo Nueva Vida, integrada por recolectores informales de residuos que trabajan principalmente en la zona del Volcadero de Paraná y que han sido capacitados para conocer y operar con la nueva maquinaria”.
En cuanto a las características técnicas de la planta, se señaló que se adquirió una tolva de alimentación con volumen suficiente para manejar cómodamente los tiempos de carga, mediante palas cargadoras frontales. El transportador bajo tolva será de cadena, contando con un mando de velocidad variable para ajustar el caudal de residuos alimentado a la línea.
La transferencia al sector de preclasificación se realiza a través de un transportador de banda inclinado. Este dispositivo tendrá paletas de empuje cuya altura, combinada con el ángulo de inclinación de la cinta y su velocidad, ecualizarán el caudal de materiales que alimentan a la línea y eliminarán las variaciones de caudal.
La cinta de preselección posee seis bocas de descarga de dimensiones amplias para separación de elementos de gran tamaño (cartones, carcasas, etc.), en forma previa a la alimentación al trommel clasificador, que realizará la apertura mecanizada de las bolsas y separará la fracción fina, mayoritariamente orgánicos, de la fracción gruesa, que implica los residuos inorgánicos, con destino a clasificación secundaria.
El equipo cuenta con una cinta inferior que colecta los materiales pasantes y los descarga sobre la cinta de derivación de finos. Un separador magnético separa los materiales ferrosos transportados por la cinta. Los de mayor tamaño se descargan sobre una cinta de clasificación, donde se recuperan los reciclables.
Los materiales separados por los clasificadores se depositan en los conductos de descarga, derivándolos a carros volcadores manuales para traslado hacia las prensas enfardadoras. Los que no se recuperan se derivan a un volumen receptor, que puede consistir en una tolva o camión para ser luego destinado a disposición final.