Algunos sectores de la opinión pública afirman que el Poder Judicial entrerriano se esmeró más en resolver los casos de curas acusados de pedofilia y otras aberraciones en la provincia, que en profundizar las causas por corrupción que tienen en la mira a dirigentes políticos, de la actual como de la anterior administración. La condena en tiempo récord del sacerdote colombiano Juan Diego Escobar Gaviria es prueba suficiente para justificar esta observación, aunque por otro lado, dicha afirmación se da de bruces con la dilatación en el tiempo del proceso judicial que enfrentó el cura Justo José Ilarraz. Dos casos paradigmáticos, por donde se los mire, que profundizaron la crisis institucional de un estado dentro de otro estado: la Iglesia Católica. Ilarraz estará sentado en el banquillo de los acusados desde el 13 de noviembre, pero se debe tener en cuenta que pasaron cinco largos años de un festival de recursos de apelaciones, la tardía citación a indagatoria del acusado que, dicho sea de paso, esperó en libertad ser juzgado por las denuncias de supuestos abusos sexuales en el Seminario de Paraná.
¿Varas distintas para los mismos delitos?
4 de noviembre 2017 · 22:08hs
Otra de las razones para explicar la demora en la tramitación del expediente obedece a que se llevó adelante por el viejo Código Procesal Penal, sumado a que los hechos denunciados sucedieron hace por lo menos 20 años, lo que dio lugar a la defensa para plantear el recurso de la prescripción de la acción penal. Tanto se insistió con este argumento que tuvieron que expedirse desde los tribunales de alzada de la provincia, el Superior Tribunal de Justicia (STJ) y hasta se encuentra pendiente de resolución una apelación en la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
A Juan Diego se lo condenó por delitos que habían sucedido casi en forma simultánea a la investigación y posterior realización del histórico juicio en la ciudad de Gualeguay, y en ese punto radica la principal diferencia entre ambos legajos. A esto hay que añadirle que los defensores del "cura sanador" no recurrieron al pedido de prescripción como estrategia judicial sabiendo del antecedente de la causa Ilarraz, lo que en definitiva agilizó aún más todavía todo el proceso.
Acotaciones al margen para entender bajo qué parámetros y lógica de funcionamiento se ejecutan los "tiempos de la Justicia" por estos lares.