En el sitio digital UNO de Entre Ríos anda dando vueltas un video que refleja cómo era Paraná hace 30 años. Las imágenes pertenecen al programa Historias de la Argentina secreta, que se emitía por la señal de ATC y que recuerdo como uno de mis preferidos pese a tener unos escasos 12 años en 1989. Como se anuncia en la nota que aparece en www.unoentrerios se puede redescubrir "cómo era la capital provincial en ese entonces, sus calles y comercios, cómo se vestían sus habitantes y qué pensaban del lugar que habitaban".
Paraná, ¡pero si estás igual!
28 de febrero 2019 · 23:46hs
La verdad que me invadió la nostalgia al ver algunas escenas, donde sobresalían el paisaje de nuestro Parque Urquiza, la Plaza 1° de Mayo y esos colectivos que dejaron de funcionar no hace mucho tiempo. También la Peatonal San Martín, donde abundaban los carteles que obstruían una mirada más profunda de la misma y donde se podían ver peinados femeninos al estilo Gabriela Sabatini. Y si hablamos de Paraná no podía faltar nuestro río, inmenso y con sus pescadores buscando el sustento de cada día. Fue lindo volver al pasado a través de ese video, regresar 30 años en el tiempo y darse cuenta que, más allá de algunos cambios, la capital está prácticamente igual.
¿Y cómo es eso? Sí, hay modificaciones. Algunas puertas no son las mismas, la calle que da al frente de la Catedral se ve diferente, la Peato tiene esas viejas farolas con los globos gigantes y el Parque está algo cambiado. Después, más allá de que el registro es de 1989, no encontré muchas diferencias. Seguramente que en otros sectores de la ciudad, que no aparecen en el programa, hay una fisonomía diferente, porque con el paso de los años hubo un crecimiento demográfico importante. De todas formas, mi primera impresión fue que nos hemos quedado un poco en el tiempo y que estamos lejos de ser una ciudad moderna.
Claro, los eruditos en la materia me dirán que hubo grandes cambios en 30 años y que los intendentes que pasaron (de Mario Moine para acá) se encargaron de realizar obras que beneficiaron al paranaense. Puede ser. Pero nadie me quitará la sensación que me invadió en ese instante y que motivó esta columna: nos hemos detenido en el tiempo.
El video también me llevó a profundizar en el momento político que vivía el país en ese entonces. Y lo hice a través de ver esas grandes piedras que había en el Parque pintadas en blanco y con la inscripción Menem Presidente. Y es así, el segundo riojano más famoso (el primero es Ramón Díaz) asumió el 9 de julio del 89, tras una salida anticipada de Raúl Alfonsín. Y eso de las propagandas partidarias en la vía pública es algo que tampoco cambió 30 años después. El panorama es similar. En un año orgásmico desde el punto de vista electoral (en principio votaríamos cinco veces), comenzamos a ver las candidaturas plasmadas en una pintada o en largos pasacalles que le dan un panorama poco pintoresco a ciertos sectores. Los sitios de preferencia para "colgar" sus nombres son las plazas, sobre todo la 1° de Mayo. Allí todos quieren tener el privilegio de aparecer, cuanto más grande mejor, como si fuera la marquesina de un espectáculo de la calle Corrientes en Buenos Aires.
Incluso algunos, que se lanzan por un lugar en el senado provincial, se jactaron en las redes sociales de ver su nombre escrito en esos carteles colgantes. Como si fuera una hazaña y quizás pensando que es una forma tradicional de hacer política. La verdad, pocos aprendieron que no es la manera, que a la gente no se le llega pintando la pared o metiéndole alambres y bolsas de arpilleras recortadas en una plaza. En eso seguimos como hace 30 años y seguramente habrá otras "mañas" que no se modificaron con el paso del tiempo.
Esta reflexión me lleva a entender por qué pienso que Paraná está casi igual que hace tres décadas. Si en estas pequeñas cosas no se logró un avance, poco podemos pedir para que en las grandes sí se logre. ¿Será que nuestros gobernantes tienen un pensamiento a corto plazo? Si eso significa solucionar los problemas diarios de los ciudadanos, les doy la derecha. Pero lo dudo. Pocos piensan a futuro y en lo que se puede hacer por una ciudad que sigue paralizada en la línea del tiempo. Por eso sostengo el título: Paraná, ¡pero si estás igual!