Por Luciana Actis
De la redacción de UNO
Este viernes, el secretario gremial de la CGT, Pablo Moyano, confirmó que el Sindicato de Camioneros propondrá en la reunión del Comité Central Confederal de la central obrera, prevista para el 23, la convocatoria a un paro nacional para octubre contra el gobierno nacional.
Además, estimó que las adhesiones a esa eventual medida irán en aumento si el presidente Mauricio Macri "sigue provocando al decir que no va a haber reapertura de paritarias", a la vez que volvió a considerar que el primer mandatario es "(el exjefe de Estado Carlos) Menem sin patillas", al opinar que aplica "el mismo modelo económico de los 90".
Es llamativo cómo el dirigente sindical parece salir repentinamente de un letargo y advertir la obviedad tras más de nueve meses de gestion Macri y -por lo menos- una decena de medidas claramente antipopulares y antitrabajadores (despidos masivos, tarifazos o "sinceramientos", quita de retenciones a la megaminería y la soja, aplicación del impuesto a las ganancias sobre aguinaldos, adopción de un perfil monetarista de la economía, por mencionar solo algunas).
Más allá de eso, la comparación de Moyano es un buen disparador para repasar algunos paralelismos entre el riojano que vaticinaba una revolución productiva y el CEO que prometía la revolución de la alegría. Las similitudes se dan, inclusive, a nivel discursivo.
A comienzos de los 90, Menem echaba culpas al gobierno anterior y a la falta de trabajo por la "hiperinflación", parecido a lo que hace Macri, cuyas letanías sobre la "pesada herencia" se renuevan en cada discurso.
Además, el riojano hacía hincapié en la ruptura de las inversiones y de la credibilidad del país. Exactamente lo mismo que el actual presidente. Menem hablaba de un país que no crecía hacía 14 años, Macri de un país estancado hace 12. Menem hablaba de eliminar las regulaciones, al igual que Macri lo hizo con las retenciones y lo que sus economistas llaman "trabas" a las importaciones (vale destacar que Argentina hoy importa frutillas de Marruecos y muebles de Vietnam).
Para terminar, basta recordar un sincericidio de Macri, que lleva a pensar que la realidad macrista supera al mito menemista: hace unos meses, en el Congreso de la Asociación Cristiana de Dirigentes, Macri se sinceró: "Si yo les decía a ustedes hace un año lo que iba a hacer y todo esto que está sucediendo, seguramente iban a votar mayoritariamente por encerrarme en el manicomio". La desafortunada frase se asemeja a una atribuida a Menem: "Si yo decía lo que iba a hacer, no me votaba nadie". La verdad es que el riojano jamás dijo esa frase, pero le fue atribuida por un periodista.
"Say no more", diría Charly. No hay mucho más para agregar, solo recordar que, si bien hay que tener en cuenta que la historia no se repite con las mismas circunstancias y condicionamientos, es un buen ejercicio sopesar hechos similares del pasado con los que ocurren en el presente, para así prevenir repetir consecuencias nefastas.