Sergio Varisco lo hizo. Logró que el tema de conversación en Paraná deje de ser la inflación. El asunto debería ser un elogio digno de ser analizado en los foros de comunicación a lo que son tan afectos en el gobierno de la Nación. El cambio de sentido de las calles es de lo que se habla en todos (o casi) los ámbitos de la capital entrerriana. Tal apreciación no deja de ser personal, por cierto. De lo bueno, lo malo o lo feo que implican los cambios hablan desde el verdulero de mi cuadra al señor que le cebaba mates a mi kiosquero cuando fui por mis diarios en la mañana del domingo.
Con el tránsito Varisco instala la agenda propia
26 de julio 2016 · 09:15hs
Que si vale la pena, que si es más a menos fluido; que si los comerciantes ganan o pierden; que si los viajes en colectivo son más cortos o más largos; que si los conductores de coches particulares son o se hacen los pavos cuando estacionan en los carriles exclusivos.
De eso y mucho más se conversa en la ciudad desde hace una semana. Y está bien que así sea. Que los paranaenses nos hagamos cargo de la manera que circulamos en la vía pública puede ser un buen punto de partida para ir en busca de más acuerdos comunitarios.
Cuentan los sociólogos que entre los principales temas de conversación de la gente, en general, figuran el clima, la plata y el fútbol. En Paraná, al menos por estos días, habrá que agregarle el estado del tránsito. Y se lo deben agradecer al intendente, que con varios litros de pintura, unos pocos semáforos y un plan de acción hizo posible el cambio. Inicial por cierto.
Es de esperar que ahora llegue el tiempo de tratar en profundidad los modos de circulación para el transporte público y el de los vecinos que transitan en bicicletas y motos. Y porqué no, debatir un proyecto que dé ciertas garantías de continuidad al camino que se abre con la modificación del sentido de circulación de las calles.
Es asunto seguro que la inflación volverá a dominar las urgencias populares; porque, tarifazo mediante, a nadie que viva de un salario el dinero le alcanza. Y el futuro inmediato atemoriza. Pero al intendente nadie le quitará el mérito de haber ensayado un camino para instalar la propia agenda ligada a la ciudad que gobierna.