La pluma cargada, la lengua filosa, los prejuicios siempre prontos a volcarse con los más débiles. Así somos muchos periodistas, por malparidos o por ignorantes, y porque nos gusta serlo.
A los 13 años
La pluma cargada, la lengua filosa, los prejuicios siempre prontos a volcarse con los más débiles. Así somos muchos periodistas, por malparidos o por ignorantes, y porque nos gusta serlo.
22 de agosto 2017 · 09:02hs
En las últimas horas encontraron a María José Acosta, una gurisa de Concordia que se había ido de la casa. Tiene 13 años y la prensa informó su localización señalando que "estaba con un novio".
Sí, con un novio. No con el novio, sino con uno. Suponen, acaso, que era uno de varios novios, uno de dos, de tres, de cinco. Aunque piense que pueda pecar de emocional, advierto una carga de cizaña, una intención de decir una cosa pero querer decir otra, que realmente me molesta.
¿Alguno se acuerda cómo era a los 13 años? ¿Qué pensaba a esa edad? Intento el ejercicio y recuerdo aquello de Benedetti de "Cuando éramos niños/ los viejos tenían como treinta un charco era un océano/ la muerte lisa y llana/ no existía".
A los 13 se suele vivir el primer amor y la idea del mundo no se ajusta a las miserias que conocemos los adultos. Miro una foto que se difundió de la nena, parada en un piletín de lona, al lado de una pared sin revocar y bajo un pedazo de mediasombra maltrecho. Se la ve feliz, con esas pocas cosas. Tal vez así son las fotos de las redes sociales de los que no simulan otra vida. Si esa es su casa, se advierte con claridad un modesto pasar.
"Estaba con un novio" dice la redacción periodística, suponiendo quizás que era promiscua, que salía con muchos chicos, que se acostaba con muchos "novios". Está claro que si eso ocurriera, dada su edad estaríamos ante un delito de abuso de menores; pero el que le puso "un novio" no lo va a investigar... Sinceramente, supongo que pocos se van a preocupar porque hayan sugerido estas cosas de esta gurisita. La fuga pudo ser una travesura infantil, o un caso de abuso (que incluso pudo ser cometido por otro menor), o el accionar de una red de trata, posiblemente nunca se sepa. Tal vez no importa, María José no es la hija de un empresario poderoso ni de un político influyente. Tal vez por eso se permiten ensuciarla, de gusto nomás.
Mi primera novia tenía 13 y yo 14. Nos encontrábamos los días que teníamos Educación Física a la salida del Parque Berduc. Charlábamos en una esquina, un rato que siempre me parecía muy breve; hasta que aparecía su papá en la otra punta de la cuadra, caminando de vuelta a su casa. Caminaba despacio, simulando no verme; ella se ruborizaba, y yo me iba en bici haciéndome el distraído. Con eso nos bastaba para ser felices, y no teníamos ni idea del mundo. Porque a los 13 años no se tiene mucha idea del mundo. Se tienen 13 años...
Las cosas no puede haber cambiado tanto en 30 años.... a los 13 años es difícil tener maldad; es mucho más sencillo pecar de ingenuidad. ¿Por la ingenuidad entonces, será el castigo mediático que le toca?
Y aún más, si las cosas fueran como parece sugerir la redacción, podríamos pensar que a los 13 años la responsabilidad por lo que le podría pasar no es de ella, sino de los adultos de su entorno. Pero eso poco importa. Tal vez nadie reclame por ese "pequeño maltrato" a María José. Ojalá que ella ni se entere; gracias a Dios apareció con vida, y no muerta como otras gurisas de Concordia, de Gualeguay, de Paraná. Solemos poner nuestros prejuicios por delante porque pensamos, en el fondo, que somos más importantes que la noticia, que sabemos explicarla. Y esa es una carga que vuelve difícil la tarea de darle alcance a la verdad.
Disculpanos María José.