Este es el mes en que se incrementan los festejos. Los egresados de las escuelas secundarias por lo general realizan una fiesta para conmemorar esa etapa tan particular de su vida. A esto se suma que distintos grupos de personas se aglomeran para despedir el año con alguna reunión en la que celebran junto a sus camaradas, amigos, compañeros de trabajo o del club. Lo cierto es que quienes ofrecen un servicio de catering habitualmente ven incrementada su demanda e incluso en 2011 las reservas del los servicios, en lineas generales, estaban cubiertas desde octubre. Sin embargo, este año el panorama fue diferente: mucha gente aún no decide si festejará y cómo, y quienes sí lo han hecho, optaron por contratar una prestación más sobria, omitiendo algunas de las alternativas que se ofrecen con tal de abaratar los costos.
Este año un catering cuesta más y hay menor demanda
Darío Andino, quien se dedica a esta actividad desde hace varios años, señaló que “los insumos aumentaron bastante, sobre todo las bebidas y la materia prima. Por eso tuvimos que trasladar las subas a los precios de las tarjetas, por lo menos en un 40%”.
Una alternativa con recepción con bocaditos, canapés y sandwiches de miga, más la entrada, el plato principal, un postre helado y empanaditas en la trasnoche o pata de cerdo flambeada; además de la bebida y la barra de tragos, la vajilla y mantelería, el servicio de los mozos y el disc jockey, pasó de costar 140 a 200 pesos.
En otras empresas los costos son similares. Para mantener este precio se exige generalmente un número mínimo de concurrentes que oscila, entre 80 y 150 personas.
Milton Morard, otro de los referentes del rubro, aportó que “una fiesta cuesta alrededor de 60.000 pesos. Hoy se estila que contratan el servicio, pero prescinden de algunas cosas, como por ejemplo la carne, que la ponen entre algunos de los familiares, mientras otros se ocupan de la bebida. Y en el caso de las recepciones, que son muchos, los costos del disc jockey y del salón se dividen entre más personas. Además como hay chicos menores se omite la barra de tragos”.
“Si hablamos de una fiesta de mayor nivel, hay que pensar en 260 pesos por persona, con todo incluido. Si tenemos que cobrar solamente la comida se calcula alrededor de 100 pesos por cada uno”, aseguró.
Buscan economizar y optan por prescindir de algunas opciones
Nazareno Maccarrone es uno de los propietarios de una empresa de catering que ofrece sus servicios para fiestas de 15 años, despedidas, recepciones, eventos empresariales, entre otros. En este marco, contó a UNO que “una tarjeta con lo básico cuesta 150 pesos, pero los precios varían entre 190, 280 y hasta 350 pesos si se piensa en un servicio que incluya entrada, plato principal, postre, mesa dulce, pata flambeada, bebida de primera marca. Nuestra ganancia es prácticamente la misma, pero lo precios aumentaron entre un 40 y un 50%. Es decir que ganás lo mismo pero tenés que gastar más”. Asimismo, comentó que “en muchos casos la gente opta por excluir algunas cosas y ocuparse ellos mismos. Por ejemplo, sirven familiares y amigos y se ahorran los mozos; eligen bebidas más baratas; piden que no haya barra de tragos o mesa dulce por ejemplo”. Maccarrone admitió que muchos de sus clientes, como organismos del Estado que el año pasado para esta fecha ya tenían hecha su reserva, este año se inclinarán por otro tipo de eventos, sin tercerizar la organización.
“Antes, en noviembre ya estaban todas las fechas cerradas, pero ahora se deciden más tarde o directamente lo arman ellos para que les salga más barato”, confió.
Opciones módicas
Por su parte, Milton Morard comentó a UNO que “se están imponiendo otro tipo de opciones para las despedidas de año, sobre todo cuando se trata de eventos empresariales. El más notorio es la copa de honor o vino de honor”.
Se trata de un servicio de catering ligero y elegante, compuesto por un vino principal al que acompaña un menú de dos a cinco piezas, a base de aperitivos y bocaditos salados. Son reuniones de corta duración, que generalmente no duran más de una hora. “En Buenos Aires se usa mucho y ahora se está empezando a ver en Paraná”, concluyó.