Luciana Actis
En busca de alegría para largo, no de una carcajada efímera
Escenario
La murga que cambió la historia del género, Falta y Resto, vuelve este viernes a Paraná a presentar su nuevo show. Se trata de “Tuya Pueblo”, un espectáculo que se juega a provocar la participación ciudadana como forma de ir creando poder popular.
Catorce guerreros de la palabra, con músicas inéditas elaboradas para los textos, ilustran la propuesta. La participación está en juego y todos pueden ser parte, desde un gordo que parece ser discriminado y arranca las primeras carcajadas, hasta la murga entera que está desorientada por no comprender lo que está sucediendo realmente en el Uruguay, pasando por la participación de un estudiante que cuestiona la solución que se le dio al tema de los derechos humanos, hasta un delirante cuento infantil con claras metáforas de actualidad, que esfuerza la imaginación del espectador.
La murga ofrece hacia el final y como frutilla del postre, un instante de libertad donde hasta el público puede opinar de lo que está viendo y escuchando. Las Instrucciones del año 1813, redactadas por Artigas para el Congreso de las Provincias Unidas, sirven como despedida crítica y cuestionadora para los sucesos que actualmente se desarrollan en la banda oriental. Todo un manifiesto político.
Escenario dialogó con Raúl “Tintabrava” Castro, fundador y letrista de esta murga que ya tiene más de 30 años de historia.
–Cuénteme sobre “Tuya Pueblo”. ¿De qué se trata este nuevo espectáculo?
–Es un espacio de participación. Al principio lo asumen los murguistas.
Termina invadiéndolo el público.
–Según algunos medios, este show tiene un corte más netamente político que espectáculos anteriores. ¿Es así?
–Todos los espectáculos de La Falta son humorismo político. Algunos, como en este caso, duelen más, divierten más, son más cuestionados. ¡Que así sea!
–¿Cómo ha ido afinando su sendero creativo La Falta, en estos 30 años de trayectoria?
–Con mucho trabajo. Mucho amor, cabeza abierta, corazón atento, sensibilidad, necesidades, familia, amigos, desafíos, victorias y alguna edificante derrota.
–¿Dónde están actualmente?
–Viviendo cada día la experiencia de navegar por mares desconocidos donde no hay huellas. Desde lo creativo y desde las formas de producción y desarrollo del género y del proyecto.
–¿Cómo es su proceso creativo a la hora de escribir letras?
–Lo más divertido que puedo hacer estando vestido.
–¿Existe para usted la inspiración?
–Sí. Hay que oírla. Por eso es mejor ir a buscarla. Eso es en mi caso escribir todos los días.
–Ahora, que hay aires de cambio político en Uruguay y en América Latina en general, ¿se hace más difícil escribir?
–Escribir es hermoso y siempre es fácil, porque nunca los gobiernos ni los hombres y sus actitudes son perfectos. Lo difícil es subirse al andamio en invierno a fratachar. Esa es brava.
–Además de las letras potentes, tienen voces y arreglos musicales más que interesantes. ¿Cómo trabajan ese aspecto?
–El director musical es Felipe Castro, mi hijo mayor, y el director escénico es Leandro Castro, el segundo varón. Además mi hija Soledad colabora de forma fundamental en los textos y la puesta en escena de la murga. Mi mujer, Natalia, es la vestuarista. Mis amigos, sus hijos, la hinchada, en fin. Es la tarea de una tribu.
–¿Qué proyectos, qué metas tiene Falta y Resto para el futuro?
–Cambiar el mundo para el lado de la alegría duradera, la alegría para largo, no carcajadas cualquiera.
–Ya han hecho incontables actuaciones en Paraná. ¿Han tenido ocasión de recorrer la ciudad? ¿Qué opinión le merece la vida artística paranaense?
–Paraná es nuestra primera casa en Argentina. Fue, es y será la culpable de habernos alojado en el corazón. La que nos acompañó en momentos difíciles y nos descubrió el más increíble camino. Yo amo levantarme temprano en el hotel del Tuerto, mi hermano paranaense, escritor y soñador como pocos, e irme corriendo por la bajada hasta el río, trotar por esa Rambla cada vez más bonita, para cantar esa noche con toda el
alma en uno de los teatros más románticos de América Latina.