Murciélagos, película con fines solidarios filmada y producida íntegramente durante la cuarentena, ofrecerá desde hoy una mirada sobre cómo la familia, los afectos y las problemáticas cotidianas cobran nuevos sentidos al ser pasados por el tamiz del confinamiento por la pandemia de coronavirus.
"Murciélagos", el cine no se detiene y tiene una causa solidaria
El filme está a disposición desde ayer en www.amnistia.org.ar/autocine con un valor de entrada virtual a voluntad de 200, 800 o 4.000 pesos que será donado en su totalidad al Banco de Alimentos a través de Amnistía Internacional y que distribuirá ayuda a más de 1.190 organizaciones sociales.
Compuesta por ocho historias diferentes en clave de comedia romántica, de drama y hasta de thriller psicológico pero unidas por el hilo conductor del aislamiento social por la Covid-19, Murciélagos contó con un elenco de reconocidas figuras.
Se trata de Oscar Martínez, Peto Menahem, Julieta Vallina, Luis Ziembrowski y su hija Clara, Carlos Belloso, Moro Anghileri, Juan Pablo Geretto, Marcelo D’Andrea, Maida Andrenacci, Héctor Díaz y Azul Lombardía. Todos ellos, al igual que los nueve directores y directoras encargados de cada uno de los fragmentos, las productoras Masses Content y la agencia Alegría y el personal involucrado donaron su trabajo para la causa.
Autocine
Con guión de Virginia Martínez, hija del actor Oscar Martínez, a excepción del corto Separado, y supervisión general de Baltazar Tokman, Murciélagos es antes que nada un experimento fílmico que debió atravesar las dificultades obvias que impone el confinamiento y que puso a los intérpretes ante la tarea de grabarse a sí mismos.
La dinámica, con dirección a distancia, ya había tenido su primera manifestación local con la serie web Terapia en cuarentena, disponible en la plataforma gratuita y pública Cont.ar.
“Los que lo hicimos, supongo, que fue por las ganas de trabajar, de colaborar, de ocupar el tiempo pero de ninguna manera porque nos guste trabajar así”, confesaba Geretto hace unas pocas semanas, sobre lo “triste” que le había resultado un proceso de producción en soledad, lejos de los sets y de los compañeros de profesión.
Menahem, por su parte, admitió también por entonces que no había sido una experiencia cinematográfica convencional y que, por las circunstancias, había estado “más pendiente de no hacer cagadas con la técnica que de actuar bien”.
Pero superado el desafío, la película es también una exploración de la multiplicidad de cuarentenas; de pronto encerradas por tiempo indefinido y aprendiendo a convivir con la incertidumbre, las personas abordan su tiempo en casa de manera diferente.
Están quienes se obsesionan con la higiene y las teorías conspirativas que invaden los programas de panelistas y redes sociales, como el personaje de Geretto que habla solo en Los satélites, dirigido por Connie Martin; o las parejas en crisis forzadas a convivir como en El balcón, con Andreacci y Díaz y dirigido por Diego Fried y Martín Neuberger.
Los que se enamoran por videollamada, como Belloso y Anghileri en El desacato, con Hernán Guerschuny como realizador; el médico al que el vecino le deja carteles de rechazo con Oscar Martínez en El médico, de Daniel Rosenfeld; o el padre que se encuentra encerrado en un monoambiente con su hija en Separado, de Paula Hernández con Luis Ziembrowski y su hija Clara.