El año pasado el Cosquín Rock dejó de ser un festival exclusivamente argentino y se extendió a Latinoamérica. Este 2018 pasará lo mismo y ya está todo listo para la tradicional versión en las sierras de Córdoba, que se realizará el 10 y 11 de febrero en el Aeródromo Santa María del Valle de Punilla. José Palazzo –el histórico productor del Cosquín Rock– aseguró que el trabajo de exportar el encuentro y realizarlo en México, Colombia, Perú y Bolivia es "llevar la esencia del rock argentino y cruzarlo y hermanarlo con el rock latinoamericano". En el festival de este año tocarán los grupos argentinos Ciro y los Persas, Skay y los Fakires, Las Pelotas, El Mató a un Policía Motorizado y los Espíritus, entre muchos otros, sumado al puertorriqueño Residente, los estadounidenses The Offspring y Creedence Clearwater Revisited.
"El rock argentino tiene chapa afuera por tipos como Cerati, Fito y Charly"
El histórico organizador del festival, José Palazzo, explicó sus planes para seguir expandiendo el encuentro en distintos países de Latinoamérica
30 de enero 2018 · 22:57hs
También estará el jamaiquino Andrew Tosh, hijo del prócer del reggae Peter Tosh, que hará un show especial con los Pericos, y la banda de blues psicodélico americano Flying Eyes, entre otros números internacionales.
Palazzo charló con Télam sobre la decisión de continuar realizando ediciones del Cosquín Rock en toda América latina y sobre la exitosa versión local.
—¿Cómo nació la idea de exportar el festival?
—Originariamente iba a ser una gira del Cosquín Rock y terminó transformándose en una sede, porque tuvo mucha aceptación en Latinoamérica. Nunca nos lo imaginamos. Tenemos socios locales en cada uno de los lugares donde lo hacemos que se asociaron con nosotros en la producción del festival. Está buenísimo lo que está sucediendo. Ya lo hicimos en México, Perú, Colombia y Bolivia y se sumarían dos más: Uruguay o Paraguay o Chile. Tenemos que ver.
—¿Cómo se hace el mix con los productores de afuera?
—Lo vamos eligiendo de común acuerdo, pero tratamos de llevar por lo menos dos artistas nuevos y dos súper consolidados en Argentina pero que no hayan tocado mucho, como fue con Skay y Ciro en Bolivia, como fue con Las Pelotas y La Beriso en México, o con Colombia, donde llevamos a La Beriso.
—¿Por qué llevar a esos artistas que por ahí son difíciles de exportar cuando podías apostar a los Fabulosos Cadillacs, Babasónicos o los Decadentes?
— Es que ellos van a tocar también en los Cosquín. En los Cosquín de Latinoamérica tocaron los Fabulosos, Residente, Los Cafres, Dread Mar I o Attaque 77. Tocaron artistas muy populares en Latinoamérica que son argentinos, pero también apostamos a algunos que acá son populares pero allá no. También se sumaron a ese desafío, Las Pelotas tocaron por primera vez en su vida en Guadalajara en el Cosquín Rock. A eso estamos apostando también, a que artistas que acá les va muy bien empiecen su camino en distintos lugares. Damos el primer envión y ellos siguen por su cuenta.
—Vos llevaste al Cosquín Rock a un artista esencial para América latina como es Gustavo Cerati. Si hubiera estado vivo los mexicanos te lo pedían para el Cosquín México...
—De una, creo que hubiera sido buenísimo, además. Creo que le debemos a Cerati, a Fito, a Charly, a los Cadillacs y a Miguel Mateos la chapa que tiene el rock argentino en el extranjero. Entonces, cuando se habla de un festival argentino en México, la gente sabe que si es de rock va a haber buena música, y se lo debemos al laburo que hicieron estos tipos.
—¿En qué hacés más sacrificio? ¿Hay momentos en los que decís "este año viene complicada la situación económica"?
—Hay dos estrés muy grandes que se viven. El primero es el económico, porque se trata de un festival que genera el resultado económico sobre la hora: mucha gente llega sobre la hora y el consumo de la gastronomía tiene que ver con lo que sucede en el predio. El otro es el de la seguridad, porque viene mucha gente de distintos lugares y hay muchos factores a los que uno tiene que estar prestando atención.