Los programas de humor en la televisión argentina son pocos y contados. Entre finales de los 80 y hasta principios de 2000 fue su apogeo y ocaso, con contadas excepciones más contemporáneas como la de Peter Capusotto y sus Videos.
Acerca del primer (¿y único?) programa de humor paranaense
Pero aún más raro –por su escasez– es encontrar un programa íntegramente abocado al humor en la televisión local. Sin embargo, en 1994 hubo un envío que alegró las noches de jueves de los paranaenses: Cualquier Cosa, un envío que duraba media hora y se veía a las 23, por Canal 4 de Paraná, una joven señal de cable local.
El formato era similar al del mítico Chachacha, con un interesante despliegue de sketches y humor absurdo. La actriz y directora teatral Gabriela Verón –junto a Alfredo Manfroni– craneó esta propuesta y convocó a otros artistas locales que enseguida se le sumaron: Pedro Peralta, Sandra Peirano, Alfredo Manfroni, Javier Franco y Carlos Esteban Fernández, además de ocasionales invitados. La edición estaba a cargo de Gustavo Scarafía y la música original era de Moli Verón, reconocido músico paranaense que fuera del mítico grupo Magma.
Escenario habló con ella sobre esa experiencia única que tuvo lugar hace ya casi 26 años:
“Fueron 10 programas, que se emitieron entre el 4 de agosto y el 27 de octubre de 1994. La idea nació de Alfredo (Manfroni) y yo, siempre tuvimos esa idea dando vueltas. Yo me dedicaba a actuar desde los 20 años y hacía tiempo que pensábamos cómo sería hacer un programa de humor que sea de acá. Cuando se lo contamos a los otros chicos enseguida se coparon con esta locura. Además, pensábamos que si no lo hacíamos nosotros, nadie nos iba a caer con esa propuesta, así que lo impulsamos nosotros mismos”.
Los guiones eran escritos por ella y Manfroni, mientras que otros contaban con la colaboración de Carlos Fernández, pero también tenían mucha improvisación.
“Era una locura. Primero hacer los guiones, después llegaba el momento de grabar y había que buscar el vestuario, hacer el maquillaje, buscar las locaciones porque además hacíamos muchos exteriores, grabar. Una de las secciones fijas, que era una telenovela, la hacíamos en la quinta de Daniel Verzeñassi, un gran amigo nuestro. Y terminábamos muertos, pero era un trabajo tan placentero y nos divertíamos tanto que lo volvería a hacer”, manifestó Verón.
Humoradas
El programa tenía una apertura que simulaba a un grupo de pacientes escapando de un hospital psiquiátrico; y esas tomas fueron realizadas en el Parque Berduc, luego iban recorriendo plazas céntricas hasta llegar a la puerta del Canal 4, donde ingresaban a hacer locuras. Al final, el cierre contaba con los actores haciendo de ellos mismos en el Pasaje Baucis. Todas las locaciones eran reconocibles para los paranaenses, sorprendidos de la hazaña que muy pocas veces se veía en la televisión nacional y era casi inimaginable en el ambiente local. Incluso, en una ocasión, grabando la escena de un bizarro accidente automovilístico detrás de Casa de Gobierno, una mujer intervino en la toma, pensando que había sido cierto: “Teníamos una parodia de telenovela donde la protagonista era atropellada por un auto, que era manejado por el que sería su galán. Yo me tiré arriba del capot y esta señora vino a querer ayudarme”, recordó.
Cualquier Cosa era algo totalmente inusual en una época donde todos los programas locales consistían en un conductor entrevistando a alguien durante una hora, delante de un fondo negro y una planta como único decorado.
“El programa tenía varias secciones. Una era la novela, que se llamaba Meada por los perros y era una parodia de los culebrones clásicos, en la que a la protagonista le pasaba de todo, pobrecita y cada dos por tres se quedaba ciega. Después estaba FM Palenque, con el programa Ahijuna matinal, que simulaba ser un programa rural. Mi personajes era La China que cebaba mates y pasaba los avisos parroquiales. Y una vez, con ese personaje le hice una entrevista a Luis Landriscina, que justo estaba presentándose en el Teatro 3 de Febrero, así que yo fui hasta el camarín y él muy gentilmente se enganchó con la broma y nos re divertimos. Después estaba otra sección, Mier TV, que era una parodia de los programas musicales, con los personajes de Susan Ramírez, Deivid Figueroa y Stephen Pérez, que eran los VJ’s o presentadores, y remedábamos videoclips, como el de Tumbas de la Gloria, de Fito Páez, entre otros más. Otro personaje que teníamos era Yugoman, que era nuestro superhéroe y su enemigo era Guacho Ene; después había un cocinero francés, Marcel Fondue y Jesusa Vega, una española”, enumeró Verón.
Pero uno de los segmentos más atrevidos era el que parodiaba a referentes de la televisión local de aquella época. Una suerte de marioneta que se llamaba Tato Blocker y estaba en el programa ficticio Sei Vece, que remedaba el programa de Roberto Trevese; también estaba Martita Maredey, que era sospechosamente similar a Marta Goyri, la conductora santafesina. Y como justo era la época de la Convención Constituyente, habían creado el personaje de un senador, Botón Unsorongo, que hacía notas relacionadas al tema y llegó a entrevistar al diputado socialista Guillermo Estévez Boero.
“Entre cada sección había saludos de la gente, a la que parábamos por la calle y le pedíamos que haga un saludito para Cualquier Cosa. Todos se enganchaban y después se miraban en pantalla. Por ahí nos llegaban comentarios de gente que no conocíamos y pedían que el programa fuera más largo y que saliera más temprano, y eso nos llenaba el alma”, recordó.
Pero la única gratificación era el cariño de los televidentes. El programa se hacía totalmente a pulmón, sólo recibían a préstamo una cámara que les facilitaba el canal. Todo lo demás lo ponían ellos y el casette llegaba al canal listo para ser reproducido los jueves a las 23.
Por último, Verón hizo un llamado a la solidaridad: todavía conserva los casettes, pero no ha podido digitalizarlos, ya que es necesario conseguir un reproductor Súper VHS, por lo que pidió que si alguien cuenta con esta tecnología noventosa, se contacte con ella vía facebook.