"Camilo necesita un exoesqueleto (sistema con funciones de protección y mecánica) que tiene un valor cercano a los 100.000 pesos. En este marco, y para poder cumplir con la compra, el intendente de Paraná, Sergio Varisco anunció que el Estado Municipal se hará cargo del dinero que resta para completar el valor del exoesqueleto", anunciaron los organizadores de la carrera en la página de Facebook de la Subsecretaría de Deportes Municipalidad de Paraná.
La donación se realizó en el Parque Berduc y en representación del estado municipal participó el Director de Eventos Deportivos y Comunicación de la Subsecretaria de Deportes, Daniel Sánchez que en conjunto con integrantes de la Cooperadora de la Escuela Municipal de Atletismo, hicieron la entrega a padres y familiares de Camilo Albornoz.
La carrera por dentro
La carrera 8K Todos por Camilo largó el domingo un par de minutos después de las 9 desde la esquina de Urquiza y Su Santidad Francisco en pleno centro de Paraná. La mañana era ideal para correr: fresca y con un vientito que despejaba las nubes. Cuando la marea de corredores salió Corrientes para abajo rumbo al Patito Sirirí el sol apareció en su inmensidad y templó el encuentro deportivo y solidario.
Centenares de corredores, algunos de élite otros ocasionales, mujeres, hombres, niñas y niños, treparon por Etchevehere hasta el Mayorazgo, pasaron por la Danza del Indio y siguieron por Bertozzi, bordeando el Club Atlético Estudiantes, para después tomar por Nux, empalmar con Panamá y bajar al barrio Francisco Ramírez, en donde vive Camilo, para ser recibido por los vecinos con agua y redoblantes.
El circuito continuaba por Laprida y retomaba por Anacleto Medina pasando por Puerto Viejo.
En el puente de Estrada seguía hacia Nicaragua, pasando por la plaza Le Petit Pisant hasta llegar a Laurencena. Una vez en la calle de la costanera había que seguir derecho hasta los galpones del Puerto Nuevo, doblar y recorrer los últimos 150 metros para arribar a la llegada frente a los galpones de la Sala Mayo.
Desde el comienzo en la esquina de la Municipalidad hasta la llegada en el Puerto la energía solidaria y la necesidad de compartir una obra a beneficio de un niño salió desde el asfalto, se impregnó en los paisajes y quedó en la memoria de todos los participantes.