Vanesa Erbes/ De la Redacción de UNO
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En su trabajo diario encontró la clave para superarse en la vida
Diego Benítez tiene 35 años y vive en General Ramírez, una localidad del Departamento Diamante situada a 64 kilómetros de Paraná.
Contrariando la costumbre del pueblo, no duerme la siesta. A esa hora en que la mayoría descansa, él trabaja. Y en su quehacer diario encontró la forma de combinar sus obligaciones laborales con su pasión por el deporte: es maratonista y aprovecha su empleo de recolector de residuos para poder prepararse físicamente, mientras corre a la par del camión y levanta las bolsas.
Esta tarea le lleva, en promedio, tres horas, en las que recorre alrededor de 15 o 20 kilómetros diarios. Al trote cumple su labor desde hace varios años, y justamente aprovechando este ejercicio un día se decidió a probar suerte en un maratón. Así fue que nació, casi por casualidad, lo que hoy es un estilo de vida.
“Cuando empecé con esto, en el 2010, ya trabajaba como recolector y en una de las ediciones de un maratón que se denomina Reko Gym decidí anotarme. En el municipio me pagaron el costo de la inscripción y ese año salí sexto en mi categoría”, contó a UNO, y agregó: “Eso me impulsó a reforzar el entrenamiento y ese mismo año obtuve un 1º puesto en otra carrera”.
Su última competencia fue hace un mes, también en General Ramírez, donde llegó entre los primeros lugares. Pero más allá de la faceta deportiva, asegura que esta actividad le abrió un abanico de posibilidades, como viajar, conocer gente y superarse en lo personal.
“Participé en distintos maratones en Concordia, Concepción del Uruguay, Diamante y otras ciudades”, sostuvo, y añadió: “Desde que corrí mi primera carrera me di cuenta de que esta es mi pasión. Si pasaba un mes sin correr ya me ponía ansioso”, contó entre risas y añadió: “El deporte te descarga la tensión del trabajo, de la familia. Te relacionás con gente de todos lados y la amabilidad que hay es impresionante. Por ejemplo, vienen chicos de Santa Fe a correr a Entre Ríos y te ponés a tomar mate y a charlar antes o después de la carrera”.
Hace dos años fue premiado por su desempeño por Diario UNO, con los premios a la Excelencia Deportiva. Aconseja sumarse a algún deporte para superarse en la vida: “A la juventud se lo recomiendo, ya que eso los aleja de las drogas y de otros malos hábitos. Es lo mejor que les puede pasar, es lo más sano. Es una forma de vida, pero siempre tiene que ser una disciplina donde no exista la violencia”, expresó, y dijo que no le gusta el box por este motivo.“El deporte ayuda mucho a los chicos y eso se ve a diario”, expresó.
Vencer a la adversidad y descubrir una oportunidad
Correr una carrera no siempre es una tarea sencilla. No solamente requiere un exhaustivo entrenamiento, sino también estar debidamente concentrado y haberse alimentado correctamente. Es un estilo de vida que no siempre es fácil sostener. “A la mañana trabajo también como albañil y llego a las 13 a mi casa. Vivo con mi papá y él me espera a veces con la comida lista. Por lo general no tengo tiempo de cocinarme y la parte alimentaria influye mucho”, contó a UNO Diego Benítez, y explicó: “Hubo una época en que lo logré, hace un par de años, y salí primero. Ahora es más difícil”.
“También en ese tiempo podía salir a correr y entrenarme más horas, al margen de lo que me posibilita la preparación de correr varios kilómetros por día mientras realizo mis tareas laborales”, relató el deportista que, a pesar de no tener la posibilidad de dedicarse exclusivamente a prepararse para mejorar su desempeño, no se desanima. Si bien en su categoría puede salir primero cada vez que corre, confía en volver a obtener un primer puesto en una general.
“En Ramírez hay un polideportivo muy lindo, pero la pista de atletismo está un poco descuidada: Tal vez si la arreglaran más gente se sume y se puedan hacer otras cosas”, señaló. A la vez, comentó sobre el sacrificio que significa desde el punto de vista económico. “Antes una inscripción costaba 20 o 30 pesos, pero con el auge que tienen ahora los maratones pasaron a valer más de 100 pesos. No siempre se puede afrontar esto; además hay que viajar. En mi caso muchas veces me fui en colectivo, por ejemplo a Concordia. Eran varias horas, llegaba cansado pero me bajaba y corría”.
“El deporte me dio tantas satisfacciones que estoy dispuesto a hacer estos sacrificios y sueño con seguir corriendo”, dijo, demostrando que si se quiere, se puede. Solo es cuestión de proponérselo.















