Hoy es el Día de los Empleados de Comercio, pero al caer domingo el festejo se trasladó para mañana. Ellos son los que atienden a los clientes y con dedicación y esmero los asesoran para que puedan hacer la mejor compra. Quienes asisten a un negocio valoran la predisposición y la cordialidad. Y en Paraná hay locales en los que los trabajadores se destacan por su buena atención.
Empleados de comercio que se destacan
Tal es el caso de quienes desarrollan su labor en tienda El Mago, actualmente la más antigua en su rubro en la capital entrerriana, con una trayectoria de más de 60 años como firma, y unos 25 años con la denominación actual en su local de peatonal San Martín 1177. Los hermanos Víctor y Roxana Bejar son sus propietarios, y llevan adelante un comercio que es un legado familiar.
En su negocio tienen de todo. Y aunque el año pasado por la pandemia hubo algunos inconvenientes en las fábricas que los proveen y tuvieron falta de stock en determinados artículos, esa situación se resolvió. “La sección hombres es muy fuerte en nuestro local, porque tenemos de todo, desde slips, medias, anatómicos, camisetas, camisetillas, pulóveres, remeras, chombas y pijamas, que se venden mucho. Hay artículos que en otras tiendas saben que las tenemos nosotros únicamente en Paraná y a los clientes los envían a preguntar acá”, señaló a UNO Víctor.
Asimismo, manifestó: “También es fuerte el tema de lencería de mujer: contamos con camisolines, camisones, conjuntos, pijamas, batas, corpiños, bombachas”.
“Lo que implementamos además hace un año es la indumentaria de trabajo, que es una venta institucional para empresas de transporte, talleres, de construcción, entre otros sectores en los que la ART los obliga dos veces por año a darles ropa de trabajo. Y a esto le sumamos las licitaciones que salen de hospitales, salud pública. Tenemos artículos de sanidad, ambos para clínicas privadas u hospitales públicos. Y guardapolvos para el colegio, que también son cosas en las que por suerte hay compra institucional. Y con todo eso pudimos sostener el año que pasó”, dijo, en referencia a la difícil situación que atravesó el sector comercial no contemplado en los rubros esenciales.
En este marco, si bien 2020 fue un año difícil debido a las restricciones, el grueso de los propietarios de pymes priorizó el mantener las fuentes de trabajo. En su caso, la de los seis vendedores de la empresa. “Fue muy complicada la situación económica, porque como empresarios no podemos dejar de cumplir con el compromiso de pagarle el sueldo a los vendedores”, indicó por su parte Roxana Bejar.
En este marco, comentó qué es lo que más valoran de los trabajadores que los acompañan: “Principalmente apreciamos la buena predisposición que tienen. Desde el momento en que hacemos atención personalizada, hay un aspecto muy importante que es la comunicación del vendedor para con los clientes y la verdad es que la mayoría de las personas que vienen a hacer su compra a tienda El Mago queda re conforme con el modo en que ellos brindan atención al público. A eso uno se lo fue enseñando, porque hay que saber estar detrás del mostrador”. A su vez, destacó: “Admiro la gran empatía y paciencia que ellos tienen”.
Detrás del mostrador
En tienda El Mago los propietarios y los empleados del comercio formaron a lo largo del tiempo un verdadero equipo de trabajo, en el que predomina el respeto mutuo.
Carlos Ahumada es el vendedor que hace más tiempo está. Tiene una antigüedad de 35 años y contó a UNO: “En tanto tiempo hemos pasado por todas las etapas económicas del país. De todas las tiendas tradicionales que había en Paraná, que eran más de 10, es la única que sigue sobreviviendo, a pesar de todas las idas y vueltas. Nosotros hemos pasado por malos momentos, pero siempre trabajamos hombro con hombro, tanto los dueños con nosotros como al revés, por supuesto cumpliendo con todo lo estipulado en el contrato de trabajo”.
Conociendo a la perfección todos los artículos que les tocan vender, reflexionó: “Al rubro te vas adaptando. A medida que van pasando los años, vas comprendiendo cada vez más el tema de los artículos, los talles. En especial, este es un negocio muy particular, ya que se trató siempre al cliente como a alguien de la familia”.
“A medida que pasan los años y las décadas, viene el abuelo, el padre, el nieto, el bisnieto. Se va forjando una buena relación, una amistad en muchos casos. Vamos dejando esa semillita sembrada hacia el futuro y es lo que nos lleva a seguir adelante”, contó con orgullo.
Francisco Sánchez trabaja en tienda El Mago desde hace 11 años y manifestó: “Tuve antes la posibilidad de estar cuatro años, después me fui de Paraná, y volví hace 11 años a trabajar a esta tienda. Es un trabajo muy bueno y estoy agradecido a los dueños, que me hayan dado la oportunidad de volver”.
Acto seguido, subrayó: “En tienda El Mago tenemos una manera muy diferente de atender, comparado con otros locales. El cliente es fiel a la tienda por los años de trayectoria y porque uno siente que cumple con las necesidades y las exigencias que tienen. Con seguridad puedo decir que todo cliente que viene a tienda El Mago, siembre vuelve”.
Cynthia Aparicio también lleva 11 años trabajando en este negocio y expresó: “Como empleada de comercio interactuamos mucho con la gente y por ahí pasa que se termina forjando una amistad con los clientes. Tengo varios amigos a los que los conocí atendiéndolos en tienda El Mago. Y también con los demás vendedores terminamos siendo amigos, al pasar tanto tiempo juntos”.
Por otra parte, sostuvo: “Tenemos que saber de todo acá y cuando entra un artículo nuevo, más o menos vamos viendo el tema de la tela, qué talle es, porque nosotros trabajamos talles especiales, a diferencia de otros negocios, y tenemos que saber lo que vendemos”.
Los otros tres vendedores son Tania Sacharczuk, quien desde hace 15 años trabaja en tienda El Mago; Joel Medrano, que tiene 13 años de antigüedad, y Jésica Vergara, que lleva nueve años detrás del mostrador del reconocido local, con la valoración de la gente que va a comprar periódicamente y encuentra en todos ellos la confianza, el asesoramiento, la cordialidad y la amabilidad que a veces falta, en los tiempos en que las ventas por Internet fue volviendo todo más impersonal. Y tienen ganado el “feliz día”.