El Voluntariado Deportivo es una propuesta que surgió ante la necesidad de atender la demanda de distintos barrios de la ciudad de Paraná donde no puede solventar el pago de una cuota para desarrollar una actividad deportiva. El proyecto inició sus tareas en octubre en barrio Almafuerte, donde el instructor de taekwon-do Paulo Robles Guerrero brinda clases de artes marciales a los niños de dicha comunidad. Las jornadas se celebran los miércoles en el complejo deportivo Hernandarias y los sábados en las instalaciones del Club Sóftbol Play. En estos espacio cuenta con la colaboración del merendero Manos de Esperanza.
El voluntariado deportivo crece con bases sólidas
Por Matías Larraule
De la propuesta participan diferentes actores, como la Asociación de Taekwon-do Oficial de Entre Ríos, Federación Atlética de Entre Ríos (Fader), la Asociación Argentina de Footgolf, la Federación Argentina de Deporte Social, el voluntariado Cáritas de la parroquia Santa Lucía, la Fundación Puente, la Liga de Fútbol La Redonda y Liga de Fútbol La Vuelta.
En los primeros meses de vida el voluntariado realizó pequeños pasos que le permitieron construir los cimientos de un desafío ambicioso. “Hemos avanzando pensando en el próximo año para llevar adelante, al menos, cinco, seis escuelas deportivas en distintos barrios de la ciudad. Queremos lograr que el impacto sea positivo para asumir un compromiso que podamos sostener en el tiempo”, señaló Cristian Ulian, uno de los colaboradores que se integró al Voluntariado Deportivo, en diálogo con Ovación.
Ulian, que ocupa el cargo de vicepresidente en la Fader, indicó que el proyecto no gira exclusivamente alrededor del deporte, sino que tiene una mirada integral. “Queremos asomarnos a una realidad social que es sumamente compleja y que ese contacto directo por un tiempo prolongado y sostenido en el tiempo nos permita ganar confianza con los actores locales para generar estrategias comunes de abordaje a la problemática infanto-juvenil”, explicó.
En este sentido, indicó que se basarán en alguno de los objetivos de desarrollo sostenible de Naciones Unidas. “Queremos trabajar algunos de esos objetivos como la disminución de la desigualdad, la equiparación de la mujer y el hombre, en este caso el varón y las niñas, y la alianza de las organización que trabajan en la comunidad y la búsqueda de la paz”, enumeró.
Luego amplió: “Hoy los niños viven en una situación de violencia porque el 60 por ciento está sumido en la pobreza y eso genera tensión social. Trabajar estos objetivos de Naciones Unidas con esta mirada nos permitirá bajar la tensión social entre los niños y los jóvenes de la ciudad”.
De esta manera, el Voluntariado también es proyectado como una herramienta de construcción social. “Pretendemos transmitirle a los alumnos valores y buenos hábitos. Las disciplinas que intentaremos desarrollar fueron elegidas porque son vehículos eficientes a la hora de transmitir esos valores. Iniciamos con artes marciales porque tiene varias aristas positivas, pero también porque en cinco años de práctica uno puede llegar al máximo nivel de formación y con eso abrirse a la posibilidad de ser instructor. De esa manera podrá generar ingresos y seguir replicando un modelo que le permita acceder a niños y jóvenes para replicar y llevarlo a su escala”, argumentó.
Comprometerse.
Ulian indicó que los voluntariados que desean sumarse al proyecto deberán comprometerse con la causa. “Definimos que el trabajo constante de los voluntarios en los barrios sea, al menos, de seis meses”, subrayó. “Los chicos con los cuales trabajaremos están con mucha frustraciones que tienen que ver con la falta de acceso y servicios”, describió.
“Queremos asumir un compromiso que sea perdurable en el tiempo y ganar la confianza en el tiempo para tener la oportunidad más bella de todas, que es poder brindarle un consejo a un niño y que ese consejo le sirva a lo largo de la vida. Por eso necesitamos que los voluntarios asuman un compromiso de, al menos, seis meses. Eso nos permitirá que los chicos tengan la actividad en forma sostenida. No podemos darnos el lujo de que un chico llegue a la escuela y se encuentre sin la presencia del profesor. Por eso las actividades estarán planificadas por al menos dos personas a cargo. Alguno puede tener alguna contingencia que no le permita llegar a tiempo, o determinado día no puede llegar. Asimismo los chicos no se pueden quedar sin la actividad”, aseveró.
Entre los voluntarios se sumará el grupo que aporta su grano de arena en los trabajos que llevan adelante la Fundación Puentes y la pastoral social. “Esos espacios cuentan con cerca de 20 voluntarios entre los cuales hay profesores de Educación Física, estudiantes que están en el tramo final de su carrera y deportistas que realizan tareas de contención y recreación en 17 merenderos. La intención es transformar esos espacios en escuelas deportivas”, cerró.