El ánimo es otro. Y se nota. Godoy Cruz tiene material pero le falta confianza. Esa confianza que a su nuevo DT le sobra y que espera contagiarle a sus jugadores. Le llevará tiempo, la cabeza del futbolista no cambia de un día para otro pero está claro que ya se cambiaron el chip. ¿Qué falta? Que las pilas duren 90 minutos.
El Tomba empató sin goles con Quilmes en el debut del Titán
En los primeros minutos del Tomba ante Quilmes, en los primeros minutos de Martín Palermo como entrenador del equipo mendocino, su equipo mostró una actitud diferente a la de los últimos partidos. Todavía no se traduce en el resultado ese cambio pero sin dudas, que éste es el camino.
Godoy Cruz sigue sin convertir; lleva cuatro partidos sin hacerlo y nueve sin ganar pero con el empate en cero de hoy, cortó la racha de cuatro derrotas consecutivas.
La pelota estuvo casi el cien por ciento en dominio del Bodeguero que en el primer tiempo la trató bien y con paciencia. El equipo se paró en cancha con actitud ganadora y salió a atacar al Cervecero desde un primer momento. La apertura de la cancha y la subida de Emiliano Insúa para el centro a Mauro Óbolo parecen ser las claves de este Godoy Cruz de Palermo. Óbolo justamente fue quien tuvo las dos chances más claras para el local.
De Quilmes poco, casi nada en la primera etapa. El Tomba no sólo tuvo la pelota sino que fue el protagonista de un primer tiempo al que no le sobró demasiado pero que en esta escasez de juego y resultados que acumula Godoy Cruz, fue bienvenido.
En el segundo el Tomba se apagó. Las pilas del chip fueron perdiendo fuerzas y el partido entró en un pozo del que no pudo salir. El Cervecero jamás apareció y el equipo de Palermo no fue el mismo del primer tiempo.
Se fueron las ideas, se cansaron las piernas y Godoy Cruz perdió la profundidad que había tenido en el comienzo. El buen trato de pelota se fue perdieron de a poco y el local terminó jugando de la misma manera que lo venía haciendo en anteriores oportunidades.
Y sí, la cabeza del jugador no cambia de un día para el otro, pero el primer tiempo fue un bien síntoma. Palermo tiene ese "no sé qué" que contagia y que empuja a quienes tiene a su lado. El mensaje fue claro y el Tomba lo interpretó y lo llevó a la práctica de buena manera en los primeros 45. Falta mantenerlo ahora el resto del encuentro y encontrar ese gol que le devuelva la confianza.
Se viene Boca. El último partido del año para el Expreso. Especial por donde se lo mire.