Miguel Ángel Porro, el docente de Villa Ballester, Buenos Aires, que terminó internado en terapia intensiva porque una alumna le puso veneno para ratas en su botella de agua, habló detalladamente del caso.
El profesor envenenado por la alumna de 12 años explicó el increíble caso
El docente aseguró que está "clínicamente bien, pero emocionalmente mal" por lo que le sucedió el miércoles.
Porro, docente de Construcción de Ciudadanía y con una larga trayectoria, es diabético. Por esta razón había comprado una botella de agua en el buffet de la escuela y la dejó sobre el escritorio mientras daba clases. "Bah, trataba de dar clases porque no estudian, piloteaba la situación, lo que se podía", detalló.
Porro siguió: "Había chicos de otro curso en hora libre, fui hasta la puerta y les llamé la atención. Tomé una pastilla para la diabetes y tomé un sorbo de mi botella. Se me acerca un grupo de esos chicos y me dice que una alumna mía le había puesto veneno para ratas".
El hombre notó que la botella estaba "blancuzca, opaca, con pintitas". Y que los mismos alumnos señalaron quién era la chica responsable de esa "travesura", una alumna de 12 años que ya no estaba en la escuela y a quien mandaron a llamar. "Vino con su hermana, y lo negaba. Es una chica fabuladora y mentirosa", admitió el profesor.
El profesor rememoró que las autoridades escolares llamaron rápidamente al servicio de emergencias médicas, y que él empezó a sentir "la boca hinchada, como con un brote de alergia, y molestia en la garganta también". Por sus antecedentes diabéticos, el profesor estuvo internado en observación, en terapia intensiva, y evolucionó favorablemente. Según contó, tuvo que recibir inyecciones para evitar la formación de coágulos, lo que le podía producir una enzima del veneno que ingirió.
Finalmente dijo que él "no tiene ninguna animosidad con la alumna, una niña de un hogar destruido, muy conflictuada". Y admitió que se siente "en una gran contradicción" entre lo que sucedió y el querer entender a la chica: "La materia que doy busca lograr que los alumnos comprendan el respeto por el otro, los derechos humanos". Y agregó que, en ese curso, sobre 22 alumnos, 14 están aplazados. Con esta alumna en particular, dijo "no me llevaba mal, simplemente le ponía el límite. Decirles a los chicos que estudien es ser exigente. No comprenden, no tienen método de estudio".
Fuente: C5N