Por Lizi Domínguez
La carne argentina frente al nuevo mapa mundial
El Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) realizó días atrás su primer seminario internacional en el que se analizó la producción y la comercialización de carne vacuna a nivel global a partir de la pandemia de Covid-19. El encuentro se llevó a cabo durante dos jornadas, con la participación de exponentes y especialistas nacionales e internacionales de China, Estados Unidos y Reino Unido, entre otros.
Durante la primera jornada se expuso la mirada argentina del sector, y tuvo como anfitrión al presidente del instituto, Ulises Forte, quien remarcó en principio que “la cadena de ganados y carne argentina estuvo a la altura de las circunstancias durante la cuarentena, pero creo que tenemos que empezar a discutir cómo será el consumo y el comercio de las carnes en el nuevo mundo. Tenemos que enfrentar los nuevos desafíos y estamos preparados porque sabemos que la carne argentina es muy buena, de una altísima calidad”, aseguró.
En ese sentido, consideró que “no todo es Estado, no todo es público, no todo es privado, no todo es mercado: hay que empezar a congeniar entre el sector público y el privado para trabajar conjuntamente por el bien común”, concluyó.
Luis Basterra, ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, aseguró que “desde el sector de la producción de carne desde un primer momento entendimos que la pandemia tenía que ser abordada entre todos, en conjunto, poniendo lineamientos generales que nos permitan llevar adelante una actividad esencial preservando la vida”.
“El abastecimiento de nuestro mercado interno para garantizar el acceso a un alimento sano, inocuo y de calidad y sostener la cadena de comercialización externa para la generación de divisas fueron los objetivos que nos planteamos como sistema”, agregó el funcionario.
El ministro destacó que durante la primera mitad del año la carne vacuna logró aumentar su nivel de producción respecto de igual semestre de 2019 con 280.000 cabezas más faenadas, 4% más de producción de carne, y un incremento en las exportaciones cercanas a un 20%.
Pese a la incertidumbre, “la región se presenta ante el mundo como un espacio privilegiado para la producción de carnes y granos un entramado único que nos posiciona como un lugar estratégico del desarrollo del sector que deberemos saber aprovechar”, aseguró el ministro.
Y señaló que, si bien resulta difícil realizar proyecciones en este contexto, “por la información disponible podemos afirmar que la producción mundial de carne vacuna se ubicará en los mismos niveles que el año 2019 con unos 60,7 millones de toneladas”, auguró.
“Si bien la carne vacuna ocupa el tercer lugar en la producción luego de la porcina y de la aviar, es la de mayor relevancia y volumen en el comercio internacional. La Argentina se ubica como el sexto productor mundial de carne vacuna y ocupa el quinto puesto como exportador abasteciendo al 7% de la demanda global”, detalló el funcionario nacional.
En ese sentido, “a pesar del impacto de la pandemia en los primeros cinco meses del año, la carne bovina tuvo un aumento del 21% al mismo período de 2019, registrándose una baja en carne fresca y un aumento marcado en carnes congeladas”, añadió.
En relación a los mercados internacionales, la participación de China continuó con un acelerado incremento y se espera que su demanda alcance al 29% de las importaciones mundiales cuando hace apenas cinco años era sólo del 10%. Para Argentina este mercado de enorme volumen representa hoy más del 80% del destino de nuestras exportaciones con un aumento del 31% en la cantidad exportada en los primeros 5 meses del año.
El fuerte incremento de las exportaciones locales de carne bovina a China está muy vinculado a la aparición de la fiebre porcina Africana, a finales de 2018. Y a pesar de la irrupción de la pandemia de Covid-19, donde China tuvo su fase crítica entre fines de enero y mediados de marzo de 2020, “las importaciones de carne vacuna no han visto mermada su demanda sino por el contrario”.
Según datos de la Aduana de China, durante los primeros cinco meses de este año las compras de carne vacuna desde el exterior aumentaron un 67%, totalizando 4.369 millones de dólares, siendo la Argentina el segundo proveedor”, indicó Basterra. Brasil fue el primer proveedor con el 36% y Australia el tercero, con el 19%.
Ante la aparición de nuevos casos de Covid-19 en Beijing en junio de este año, el mercado de alimentos mayoristas de esa ciudad comenzó a instrumentar una serie de medidas de control y testeo sobre las importaciones de alimentos con cadena de frío.
“Esto sin embargo no ha logrado mermar la demanda de importaciones por parte de China, ya que su impulso es anterior a esta pandemia y se origina en el aumento del poder adquisitivo de su población, que genera una mayor demanda de proteínas de calidad, lo cual sumado a problemas sanitarios de su producción interna, concluye con este sensible incremento”, explicó el ministro de Agricultura y Ganadería.
“La región se presenta ante el mundo como un espacio privilegiado para la producción de carnes y granos, un entramado único que nos posiciona como un lugar estratégico de desarrollo de un sector que deberemos saber aprovechar”, concluyó Basterra.
El plan de la industria
La visión de la industria frigorífica argentina fue expuesta por Germán Manzano, socio gerente en Cofrigo SRL, quien aseguró que “la promoción de una dieta equilibrada y también de la sostenibilidad agroambiental son aspectos a tener en cuenta en el desarrollo de nuestro esquema de plan estratégico”, aunque reconoció que “la promoción de los vegetales, el reemplazo de las carnes, una campaña despiadada con datos parciales y sesgados contra la ganadería vacuna sin duda van a impactar también, así como la difusión de esa carne artificial que se producirá en laboratorio”.
En cuanto a las proyecciones para la pospandemia, Manzano señaló que “la Argentina pasaría de los 45 millones de habitantes actuales a unos 49 millones para 2030, lo que tendrá impacto en el consumo interno; eso agregaría unas 200.000 toneladas al nivel de consumo per cápita actual, y al momento de proyectar, los destinos posibles de nuestras carnes y la participación de cada especie en nuestra dieta serán parte de la cuenta”.
“De tal modo –continuó- que proyectar para la década un aumento paulatino de 1 millón de tonelada de carne con hueso, agregado a la faena histórica promedio de 3 millones de toneladas, es una estimación razonablemente sustentable, de igual modo que la faena de novillitos y vaquillonas más pesados permitirá integrar consumo exportación, atendiendo la demanda de mercado interno y exportando algunos otros cortes logrando la mejor integración posible”, especuló el directivo de Cofrigo.
Según el especialista, la recría sobre campos naturales mejorados y la suplementación estratégica permitirán optimizar los resultados, asegurando el sabor y el rendimiento sin perder terneza.
“Me parece razonable movernos dentro de este rango de un crecimiento posible de 1 millón de toneladas y si le restamos a esa estimación las 200 mil toneladas que absorbería el mercado interno nos quedarán 800.000 toneladas equivalentes con hueso que representaría duplicar las exportaciones del año récord 2019”, aseguró. “Para trabajar con esa estrategia competitiva, para toda la industria y la cadena, deberíamos optar por movernos entre competitividad y diferenciación”, opinó.
Según Manzano, existen dos escenarios bien diferenciados. Por un lado, el sector de commodities, donde el liderazgo está a cargo de India y Brasil fundamentalmente, y el de los cortes especiales o premium, en donde se destacan Estados Unidos, Australia y la Argentina. “Esa combinación de estrategias entre volumen en mercado de commodities y calidad en mercados nuevos, nos van a obligar a un gran esfuerzo de promoción y negociación para para poder acceder a ellos”, aseguró.
“Entonces, si consideramos cuál es la integración ideal de la media res destinando cada corte al mercado que más paga, ya sea por tradición, que la tenemos que mantener, o poder adquisitivo que son esos mercados que debemos conquistar, tendremos que tener en cuenta que lograr la apertura de mercados de alto poder adquisitivo es posible a partir de la calidad y sanidad del rodeo argentino. Pero superar barreras arancelarias y sanitarias requiere de largas negociaciones, que de todas maneras es posible. Japón ya importa carnes producidas en nuestra Patagonia”, dijo.
Para Manzano, la conclusión más evidente es que la Argentina tendrá que integrar la media res, destinando cada corte al mercado que mejor lo paga. No obstante, remarcó que “hay otros objetivos que tienen prioridad, que son aquellos mercados de cercanía como Chile, Perú, Colombia, y donde hemos perdido presencia y la tenemos que reconquistar y al mismo tiempo fortalecer lemania y Holanda. Y si la cuota adicional del Tratado de Unión Europea–Mercosur se consolida, tendremos allí un motivo suficiente para hacer el esfuerzo y al mismo tiempo quizás podamos recuperar un espacio perdido en Inglaterra”, auguró.
Sobre el impacto de la pospandemia, Manzano aseguró que otros aspectos impactarán sobre la actividad, como por ejemplo el traslado de una parte del rodeo hacia nuevas zonas de producción, las crecientes dificultades para el ingreso de animales vivos a las ciudades, lo cual “probablemente obligará a relocalizar algunas plantas y al mismo tiempo las nuevas seguramente se han de localizar en las zonas de producción”.
“La trazabilidad de la materia prima, de los productos terminados, garantiza la inocuidad y la protección de consumidores y de trabajadores. La escala de los frigoríficos y la tecnificación se va a ir dando sola, porque el propio sistema genera una necesidad: primero de garantizar la supervivencia de la empresa y luego el crecimiento”, concluyó el gerente de Cofrigo.
Finalmente, Juan José Grigera Naón, consejero del IPCVA, advirtió que “somos conscientes que existen otras circunstancias, tal vez con efectos más prolongados, como ser inocuidad, impacto ambiental, bienestar animal, entre otras que fácilmente se pueden transformar en barreras arancelarias al comercio internacional y al acceso a mercados, si es que ya no lo son en algunos casos”.
Esas variables “son motivo de preocupación y acción permanente por parte del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina”, remató el consejero.
“Hay potencial para subir las exportaciones”
José María Romero, subsecretario de Ganadería de la Nación, señaló que “somos el sexto exportador mundial de carne, que abastecemos al 7% de la demanda mundial. Esto es una afirmación, pero también puede ser una pregunta: ¿Este es el lugar donde queremos estar? ¿Este es el lugar en que pensamos nuestro país? ¿Estas son nuestras potencialidades?”.
“El Estado nacional se compromete a construir entre todos los actores del sector de la carne para trabajar en lo que llamamos Ganadería del siglo XXI, una nueva ganadería donde los índices de productividad y los volúmenes de producción de carne por cabeza alcancen los valores que nos permitan aumentar nuestras exportaciones en valores significativos”, agregó.
“Siguiendo los parámetros productivos que tiene la República de Brasil, deberíamos producir 13 millones de toneladas de carne, es decir, más del doble y producir unas 10 millones de toneladas si siguiéramos los parámetros productivos que tiene Estados Unidos”, estimó Romero.
Según el funcionario, “esto muestra que Argentina está primarizada en la exportación de granos y no ha explotado ese enorme potencial que tiene en su matriz agroproductiva y agroexportadora que es producir esos granos en carne”.
“Ese es nuestro desafío como sector, la comunicación, la información al consumidor y la certificación de procesos, creo que en ese escenario futuro debemos pensar estos ejes como la clave para que la carne vacuna siga ocupando un lugar preponderante en la mesa del consumidor y en los mercados internacionales”, concluyó.