Antes de partir para Roma, el presidente Alberto Fernández les pidió a los bancos que bajen las tasas de interés de los préstamos que otorgan a sus clientes, medida que buscará facilitar con el compromiso de instrumentar una rebaja en los encajes.
El Gobierno pide a los bancos que bajen el interés a sus clientes
Los clientes siguieron comprando y pagando el mínimo.
Según relataron fuentes cercanas al mandatario, la preocupación principal está puesta en flexibilizar las tasas para los descubiertos de las tarjetas de crédito, que de acuerdo con datos del Gobierno se incrementó en los últimos meses producto de la crisis económica.
La baja en las tasas fue uno de los elementos centrales de la política monetaria que implementó el Banco Central de la república Argentina (BCRA) bajo la gestión de Miguel Ángel Pesce. Al momento de su llegada, el rendimiento de las Leliq (Letras de Liquidez) a siete días, que establece la tasa de referencia, estaba en 63%, y en menos de dos meses se dispuso un recorte que las llevó al 48%.
Esta política de tasa de interés real negativa (por debajo de la inflación), arrastró el rendimiento de los instrumentos de ahorro en pesos como los plazos fijos. Según datos del BCRA, esta inversión a 30 días rendía 42,8% el 10 de diciembre y hoy paga 33,6%, consignó La Nación.
Sin embargo, esa tendencia no se replicó en las tasas activas, aquellas que los bancos les cobran a sus clientes por un crédito. En igual período, las tasas de los préstamos personales relevadas por el BCRA cayeron apenas cuatro puntos, de 72,8% a 68,2%. En otras palabras, los bancos cobran por un préstamo personal casi el doble de lo que les pagan a sus clientes por un depósito en pesos.
Más caro es el costo de financiar los de consumos con tarjeta de crédito. En algunos bancos privados, el costo financiero total de esta operación, incluyendo el IVA, supera el 171% anual.
“Hubo fuerte inyección de pesos y baja de tasas pero todavía el crédito no voló. Sigue habiendo mucha incertidumbre, sobre todo por la evolución de los ingresos reales, que ya vienen golpeados”, dijo a La Nación Gabriel Caamaño, director de la consultora Ledesma.
La idea del Gobierno es habilitar que los bancos tengan más dinero para prestar al disminuir los encajes, la porción de los depósitos que las entidades financieras deben dejar inmovilizadas. En este escenario, los bancos públicos comenzaron a lanzar créditos a pymes con tasas bajas, a través de líneas con tasas de entre el 25% y el 40%. Los privados son más cautelosos para disminuir el costo de los préstamos.
“Siempre que hay una política de baja de tasas, primero reaccionan las pasivas y las activas reaccionan más lento. Para bajarle el costo del fondeo a los bancos, lo que debería hacerse es bajar los encajes no remunerados. Ahí, los bancos pueden decidir pagar más por los plazos fijos o bajar un poco las tasas de sus préstamos”, afirmó Caamaño.