El plenario de comisiones de la Cámara de Diputados, que debate el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), ingresó este jueves en la última etapa de recepción de testimonios de expositores, con el quinto bloque de diez oradores entre defensores y detractores de la legalización del aborto.
Aborto: el tratamiento del proyecto, en su última etapa
Al término de las exposiciones se programaron las primeras intervenciones de los diputados, que continuarán durante toda la jornada del viernes. La firma del dictamen se realizará el miércoles próximo.
Los legisladores y legisladoras llegaron el miércoles a la noche a un principio de acuerdo para que los proyectos de Interrupción Voluntaria del Embarazo y del Plan de los 1000 días se intenten dictaminar el miércoles de la semana que viene, con el objetivo de debatirlos el jueves 10 de diciembre en un recinto con mayoría de legisladores presenciales.
Ante el plenario de comisiones se presentó Lucy Grimalt, activista feminista entrerriana y actual responsable del Programa de Salud Sexual y Reproductiva del Ministerio de Salud de Entre Ríos.
En la última tanda se presentaron Mariela Bielski; Soledad Bustos; Marina Femenía; Analía Pastore; Luis Ernesto Pedernera Reyna; Marcelo Riera; Patricia Rosemberg; Jorge Sennewald; Laura Vargas y Roberto Votta.
Más temprano habían expuesto ante los diputados y diputadas Florencia Álvarez Travieso, Guadalupe Batallán, Vanina Biassi, Inés Rank, Belén Marmora, Luis Ernesto Pedernera Reyna, Mariana Romero, Alfredo Vittolo, José Miguel Vivanco y la ya mencionada Lucy Grimalt.
Patricia Rosemberg, exdirectora de la "Maternidad Estela de Carlotto", señaló: "Estamos comprometidos con la idea de que las mujeres puedan defender la vida, la salud, puedan decidir y tomar decisiones con la libertad de todas las opciones que tienen, y por eso me parece importante que esta ley de IVE venga con el marco de la Ley de los 1000 días".
"Cada vez hay más médicos y médicas que queremos acompañar y asistir situaciones de aborto, que necesitamos formarnos para eso. La decisión es de la mujer y nosotros tenemos que garantizar que sea de forma segura", agregó.
En contra del proyecto, Votta, médica del servicio de Obstetricia del Hospital Cosme Algerich, expresó: "El aborto no es la solución, deberíamos aumentar el esfuerzo en la educación sexual. Los médicos obstetras hace mucho tiempo que hablamos del feto como persona, como un segundo paciente, y como persona tiene el más grande de todos los derechos de un individuo, el derecho a la vida".
Pedernera Reyna, del Comité sobre los Derechos del Niño, dijo que "son terribles los testimonios que hemos recibido de niñas violadas, abusadas sexualmente, obligadas a parir por diferentes cuestiones y las dilaciones de un sistema de justicia que no llega a atender los tiempos de la infancia".
Riera, profesor universitario y exministro de Salud de San Luis, expresó su opinión en contra del proyecto, al considerar que "los conocimientos científicos sobre el neo-concebido en su primera fase de existencia unicelular nos permiten tener la certeza de que se trata de un nuevo ser humano, diverso y distinto de sus padres".
Bustos, subsecretaria de Atención Primaria del municipio bonaerense de Quilmes, reivindicó la iniciativa: "Es un problema de salud pública y el Estado debe garantizar siempre el acceso a la salud. Hemos incrementado el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva, incluyendo la ILE; pero este acceso a la salud integral no puede ser un privilegio de un municipio".
El pastor evangélico Sennewald remarcó: "Veo un proyecto que no armoniza con nuestro Código Civil, con nuestra Constitución ni con los tratados internacionales que son pro-vida. Nadie puede refutar que el aborto siempre es la interrupción de una vida".
Por su parte, la investigadora del Conicet Mariana Romero defendió la iniciativa y sostuvo que la legalización "permitirá una mayor relación entre pacientes y profesionales de confianza y empatía".
Uno de los discursos más enfáticos de la mañana fue el de la joven de 22 años, Guadalupe Batallán, quien -tras relatar que su madre quedó embarazada a los 15 años- rechazó de plano el proyecto y aseguró: "Estamos frente al mayor genocidio universal", al cuestionar el tratamiento "express" de la iniciativa, y señaló: "Me duele mucho por la Argentina como joven lo que me va a tocar vivir".
En tanto, José Vivanco, miembro de Human Rights, sostuvo que "la clandestinidad afecta a las mujeres más vulnerables y a las adolescentes" y consideró que "legalizar el aborto no obliga a nadie a abortar", al advertir que de aprobarse "se aseguraría que nadie sufra innecesariamente debido a embarazos no deseados o riesgosos" y pidió: "No no dejemos pasar una deuda histórica para la Argentina".
Para Inés Franck, abogada de la Universidad Católica, "se debería tomar la vida humana desde la concepción ya que estamos ante dos vidas que hay que cuidar y proteger" y afirmó: "No es una discusión religiosa, ni política sino técnica y jurídica".
"Es una imposición donde no se admite que los derechos de todos deberían ponerse en discusión. Tampoco se habla de los chicos por nacer", manifestó.