El popular párroco de Lucas González, Juan Diego Escobar Gaviria, llegó ayer a Paraná para celebrar una misa frente a una gran cantidad de fieles, quienes se congregaron en la iglesia San Martín de Porres, en barrio Anacleto Medina, para recibir su bendición.
El padre Juan Diego colmó la parroquia San Martín de Porres
Desde hace tres años el sacerdote oficia una ceremonia para los fieles de la zona previo a la fiesta patronal que se lleva a cabo cada 3 de noviembre. “Viene invitado especialmente por el padre Cacho”, contó a UNO Rubén, un colaborador de la parroquia, en alusión al cura de la capilla de la zona oeste, Rodolfo Ciuffo. En este marco, explicó: “Viene mucha gente, ya que el padre Juan Diego es muy querido”.
Testimonio de Juan Diego
Antes de comenzar la misa, el padre Juan Diego, conocido como cura sanador, expresó su alegría por visitar nuevamente la comunidad de San Martín de Porres, que como en cada misa de estas características colma el templo esperando la bendición del sacerdote.
“Que la gente responda al llamado de esta fiesta patronal, que busquen a Dios, que es el único que puede sanar”, dijo a UNO.
El párroco de la localidad de Lucas González, oriundo de Colombia, pertenece a la Cruzada del Espíritu Santo, la misma congregación de la que el padre Ignacio Peries es director general. Los fieles aseguran que, al igual que Ignacio, el sacerdote Juan Diego tiene el don de curar a los enfermos. Sin embargo, en diálogo con UNO, afirmó que dicho término, si bien se ha hecho popular, es erróneo: “No se llama cura sanador, porque el único que sana es Cristo. Somos solo un instrumento”.
“Es el Señor el que nos ha conducido por este camino de imponer las manos, no es que hayamos nacido con ese don, es nuestro Padre que nos ha dado esta misión de ayudar a los que sufren”, afirmó por último.
Gran convocatoria a sus misas
El padre Juan Diego Escobar Gaviria brinda las populares misas de bendición todos los miércoles en Lucas González, Departamento Nogoyá.
Allí llegan vehículos de distintos puntos del país. Se trata de automóviles particulares, pero también colectivos que traen cada vez a cientos de personas a la parroquia San Lucas Evangelista, ubicada en el centro del pueblo.










