El fiscal Juan Francisco Ramírez Montrull postergó para la próxima semana la visita a Monteros, Tucumán, en la que investigará si en esa ciudad se produjeron abusos sexuales que vinculen al sacerdote Justo Ilarraz.
El fiscal cree que en Tucumán hubo otro abuso por parte del cura Ilarraz
El cura estuvo a cargo de la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, en el barrio Ñuñorco de esa ciudad tucumana, hasta mediados de septiembre, cuando estalló el escándalo de supuestos abusos en Entre Ríos y, coincidentemente, solicitó licencia por razones de salud.
En diálogo telefónico con La Gaceta, Ramírez Montrull comentó que la visita se postergó ya que no lograron coordinar todas las entrevistas que estaban previstas. "La importancia del viaje a Monteros tiene que ver, entre otras cosas, con el incidente de prescripción que presentó el defensor de Ilarraz (Jorge Joaquín Muñoz) que debe resolver el juez", explicó el fiscal.
Sucede que, en caso de que en los últimos años haya existido la comisión de un nuevo abuso, podría considerarse una causal de interrupción del plazo de prescripción de 12 años que establece la legislación, de acuerdo a la explicación brindada por el fiscal.
"Si hubo otro hecho, interrumpe el plazo de prescripción y empieza a correr de nuevo. Nosotros entendemos que a esta altura de la investigación es apresurado resolverla. Si se hace lugar a la prescripción, se dictará el sobreseimiento de Ilarraz y no se lo podrá investigar por esos casos", explicó Ramírez Montrull.
El fiscal adelantó que cuentan con información de que podría existir al menos un caso que produzca la interrupción de la prescripción. "Eso debe confirmarse en la Justicia y ser investigado por un fiscal tucumano. Nuestra intención es chequear esa información", manifestó el funcionario judicial de Entre Ríos. Por eso, el lugar en el que se realizarán las entrevistas será difundido por la Justicia, para que puedan acercarse todas aquellas personas que puedan aportar algo a la causa.
La acusación
Ilarraz había sido acusado a principios de la década del 90 por unos 50 abusos en el Seminario Menor de Paraná. La investigación no fue remitida a la Justicia ordinaria, sino que quedó dentro del marco de la Iglesia Católica.
El cura viajó al Vaticano, y cuando volvió a Argentina fue derivado a Tucumán, en la órbita de la Diócesis de Concepción. Al tiempo le asignaron la conducción de una de las parroquias de Monteros. El escándalo estalló al hacerse públicas las denuncias realizadas en 1993, y minimizadas por la Iglesia.
Fuente: La Gaceta de Tucumán