Las comisiones de Salud, Legislación General y Educación de la Cámara de Diputados de la Nación consensuaron esta semana un proyecto de ley que regula la actividad de las parteras, donde se las reconoce como profesionales independientes. Hoy en día la legislación de Argentina las considera personal auxiliar. El dictamen que Diputados prevé tratar sobre tablas antes del 30 de noviembre garantiza la realización de partos en casas particulares. Este tema generó polémica en el Congreso y movilizó a organizaciones de mujeres como la Asociación Argentina de Parteras Independientes, a favor de lo que se denomina “parto humanizado”.
El Congreso de la Nación garantizaría los partos planificados en casas particulares
Según un relevamiento de estos partos de la organización Familias por el Derecho a Elegir, en los últimos 22 años se produjeron 876 nacimientos asistidos por parteras o equipos médicos en los hogares de 16 provincias, siendo mayor el número de alumbramientos en Capital Federal (42%), Buenos Aires (18%), Córdoba (18%), Santa Fe (6%), Río Negro (3%) y Mendoza (2%). En este registro es interesante el ritmo del crecimiento de los partos en casa: hubo un solo parto humanizado en 1991, 10 años más tarde este número subió a 13, superó los 100 en 2010, el año pasado trepó a 151 nacimientos y hasta el 19 de octubre de este año se habían desarrollado 171 partos planificados en domicilio.
Marina Lembo, de la Asociación Argentina de Parteras Independientes, afirmó que este incremento tiene relación con el empoderamiento de la mujer: “Somos dueñas de nuestros cuerpos y lideramos nuestros hogares, por eso queremos ser dueñas de nuestros partos”. La institucionalización del parto efectivamente disminuye la tasa de fallecimientos de madres y neonatos por causas obstétricas, pero al mismo tiempo reproduce situaciones de discriminación hacia la mujer, cuestionan los sectores que consideran que la mujer tiene derecho a elegir dónde dar a luz.
“En los partos tradicionales muchas veces se manipula a las mujeres, por ejemplo se señala en ecografías que el neonato tiene un tamaño considerable y no podrá nacer naturalmente, es decir, generan miedo en las madres y obtienen sus consentimientos para la realización de cesáreas. No se trata entonces de salvar vidas, en cambio se coloca al cuerpo de la mujer al servicio del lucro”, explicó Lembo, quien argumentó no sólo desde la experiencia obtenida en los años de asistencia y acompañamiento de mujeres embarazadas, sino también con información estadística: “En el ámbito privado de la salud entre 50 y 90 por ciento de los partos terminan en cesáreas (un promedio de 75%), es decir que de 10 nacimientos sólo 1 ocurre por parto natural. En el sistema de salud pública este porcentaje fluctúa entre el 20 y 40 por ciento, dependiendo del nosocomio. En cambio en los partos humanizados sólo 5 por ciento finaliza con una cesárea”.
La planificación del nacimiento de niños y niñas en casa se realiza según el protocolo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), institución que asegura que más de 80 por ciento de los partos son normales y sin complicaciones. Este marco regulatorio fue indicado en el proyecto de ley que consensuaron los diputados y diputadas, donde se especifica que el Congreso aprobará un protocolo similar de atención de partos planificados en casa cuando se reglamente dicha legislación, precisó la diputada Celia Arena. La legisladora del Frente para la Victoria es autora de uno de los tres de los proyectos que propusieron actualizar la Ley 17.132 de Ejercicio de la Medicina, que considera a la obstetricia como una profesión auxiliar, obstaculizando el ejercicio profesional de las obstetras a pesar de que cuentan con una formación adecuada, ya que la licenciatura en obstetricia implican 5 años de carrera y 3 años de residencia.
Durante la revisión de las iniciativas hubo un sector dentro del oficialismo que ejerció presión para que se estableciera que las parteras sólo realicen el ejercicio de su actividad en el marco de las instituciones hospitalarias públicas y privadas, eliminando la posibilidad contemplada en la legislación vigente de que asistan los nacimientos fuera de esas instituciones. La diputada kirchnerista Arena se mantuvo firme en que se reconozca explícitamente la atención del parto fuera del ámbito hospitalario, ya que se dejaría sin protección a las familias que optan por esa forma de dar a luz y a las parteras que asistan estos partos.
Fuente: Comunicar Igualdad