El viernes a la noche los alumnos de la escuela N° 82 Liga de los Pueblos Libres, ubicada en Jorge Newbery y Ángel Vivanco, tuvieron su revancha tras la malograda fiesta de egresados del 13 de diciembre, que debió suspenderse por una controversia entre un grupo de padres y el encargado de brindar el servicio gastronómico, luego de que se sirviera el plato principal con comida en mal estado.
Egresados de la escuela N° 82 tuvieron su fiesta de recepción
Si bien ya no contaban con recursos para un nuevo festejo, con la ayuda de mucha gente, el esfuerzo de los familiares, los docentes y los directivos del establecimiento educativo, finalmente los estudiantes pudieron celebrar el fin de ciclo de la manera en que anhelaban. Incluso fueron los egresados que por cuestiones económicas no habían podido estar presentes en el convite anterior.
La rectora de la institución, Marisel Retamal, contó a UNO que desde aquel infortunado episodio, frente a la tristeza que sufrieron los chicos, los papás y el personal de la escuela se pusieron a trabajar a diario para poder brindarles la fiesta de recepción que los alumnos merecían. “El 90% de la fiesta se hizo con ayuda de la gente y estamos muy agradecidos. Si bien la recepción es una instancia que se realiza en forma particular por iniciativa de los padres, como institución no podíamos quedarnos al margen ante esta situación, en la que todos nos vimos afectados”, manifestó, a la vez que aseguró: “Todo salió de manera impecable y eso es lo que debemos destacar. Lo vivimos con mucha emoción y alegría”.
Manos solidarias
Retamal aclaró que no puede brindar mayores detalles del convenio que se realizó entre la persona que se había contratado antes para brindar el servicio porque también debieron firmar un acuerdo de confidencialidad. Solo informó que tras este trámite en el que lograron recuperar solo una parte de los casi 100.000 pesos que le habían pagado, fueron muchas las personas que desinteresadamente brindaron su ayuda para que los jóvenes concretaran el festejo.
Los disc-jockey Sergio Michelín y Mario Lescano se encargaron de la música sin cobrarles nada; Sergio Aguilar, organizador de eventos, también les brindó colaboración sin costo, y recibieron donaciones de comida y bebida de distintas personas, muchas de ellas en forma anónima.
La fiesta se realizó en el salón de la escuela y recibieron el préstamo de los manteles y la vajilla que se precisaba; también hubo quien se encargó de decorar el salón.
En tanto, los profesores y algunos familiares de la rectora oficiaron de mozos y sirvieron la comida a los agasajados, que pudieron revertir el mal momento vivido hace dos semanas.
“Apareció gente que nos asistió en la ambientación del salón totalmente gratis. Hubo negocios que nos regalaron cosas. Toda la ayuda fue en su mayor parte desinteresada y no hubo que poner más plata porque entre todo lo que nos donaron y lo que se consiguió que nos devolvieran se logró realizar esta fiesta soñada”, concluyó Retamal.