El diario Tiempo Argentino, no sólo oficialista en su línea editorial sino además caracterizado por la fina información que maneja del gobierno nacional, dedicó en su edición de ayer una elogiosa nota a la tarea del ingeniero paranaense Miguel Gallucio, conductor de la empresa Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), tras la expropiación de las acciones que estaban en manos de Repsol.
Describen a Galuccio como “el estratega que revolucionó YPF”
Destaca la nota de Leandro Renou que lo eligieron para cerrar, el jueves, el Consejo de las Américas, al que define como “uno de los eventos más influyentes del país en materia empresaria y, haciendo gala de su practicidad, fue al grano, dejó de lado los discursos banales y aprovechó políticamente el momento. ‘Créanme que, como líder de la empresa líder, yo voy a defender su inversión, créanme que podemos crecer haciendo dinero’, disparó ante un nutrido auditorio Miguel Galuccio, el CEO de YPF”.
Luego indica que “a esa altura del evento, el entrerriano de 43 años ya sabía que la estadounidense Chevron, una de las energéticas más grandes del mundo, tenía la voluntad de asociarse a YPF para buscar hidrocarburos no convencionales en Vaca Muerta, Neuquén. Se lo había confirmado el propio presidente de Exploración y Producción de la firma para América Latina y África, Ali Moshiri. Sin embargo, fue por más y logró captar la atención de otros hombres de negocios. Luego de su discurso, se sumó como potencial inversor en YPF Eduardo Eurnekian, el líder de Corporación América, que ya había sondeado el terreno incluso cuando la familia Eskenazi era parte del accionariado de la compañía”.
El llamado a inversiones de Galuccio no fue casual: el gas y el petróleo no convencionales son la base de la recuperación de la producción nacional, y Vaca Muerta la nave insignia, precisa más de 20.000 millones de dólares para bombear crudo desde el subsuelo. “Conformes, con confianza y una visión positiva, los ejecutivos del Consejo de las Américas partieron del Hotel Alvear. Los que no lo conocían en persona quedaron deslumbrados. ‘Es un tipo simple, parece, pero tiene todo muy claro’, esbozó uno de los popes de la Unión Industrial Argentina presente en el convite”, relata la nota.
Galuccio, ingeniero en petróleo recibido en el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), fue elegido por la presidenta Cristina Fernández para comandar la nueva YPF. “A la mandataria se lo acercó un viejo amigo de Galuccio, el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri”, desliza la nota, adjudicando el mérito al entrerriano, pero también atando de alguna manera la suerte de Galuccio a su capacidad política.
“La premisa era recrear la vieja YPF, con un perfil más ejecutivo, resultados y una conciencia nacional, algo que no se había logrado ni con Eskenazi ni con Repsol. Para convencerlo, Urribarri viajó primero a Londres, en abril, donde Galuccio ejercía como uno de los más altos ejecutivos de Schlumberger, estando a cargo de las operaciones en Estados Unidos, Medio Oriente, Asia, América Latina, Rusia y China. En todos esos lugares logró generar shocks de producción y planes de recuperación de pozos maduros inéditos. A raíz de esto, el diario Ámbito Financiero –el primero en señalarlo como candidato a comandar YPF– lo presentó como El Mago Galuccio, un mote que el mismo protagonista no comparte, aunque sus cualidades, su currículum y sus resultados lo acerquen bastante a esa categoría”, repasa el artículo de Tiempo Argentino.
Pasado ypfiano
Asimismo recuerda que el nacido en Paraná “ya tenía un pasado ypfiano. Con solo 28 años de edad, llegó a ser uno de los protegidos de la YPF de José Pepe Estenssoro. En su cargo de responsable de la operación en la región sur, la compañía llegó a perforar unos 600 pozos por año alcanzando récord de utilidades. Tiempo después, cuando YPF compró Maxus Energy –petrolera estadounidense en quiebra–, Galuccio fue seleccionado para encargarse de la división internacional. En solo un año, YPF tenía 2.300 empleados en cinco países, y pasó de un déficit de más de 1.000 millones de dólares a un superávit de 10 millones. Duró en la compañía hasta 1998, cuando fue privatizada y partió a buscar nuevos rumbos”, remarca la nota.
Llegado al cargo, Galuccio le confesó a propios y ajenos que, para recuperar la YPF nacional, había que reconocer el enorme déficit energético en gas y petróleo, que transformó al país en importador. “Y así lo hizo en cada estrado en el que se presentó desde abril a la fecha, mostró los números, a la vez que, lentamente, empezó a reducir los niveles de importación, disminuyó casi a cero el faltante de combustibles en estaciones de servicios los fines de semana largos (ocultado por Repsol para especular con precios más altos), y estableció un plan hacia el futuro. ‘Hay que hacer crecer la compañía al mismo tiempo que hacemos crecer al país’, dijo en el Hotel Alvear, y agregó que ‘hubo un crecimiento de la economía de alrededor del 7%, sin parangón en la historia, pero esa mejora no fue acompañada por la producción de petróleo y gas, que declinó a un ratio de 6%’, indicó.
Si bien por su perfil empresario Galuccio logró evitar las críticas del establishment, reacio a la toma de decisiones del Estado en ámbitos de negocios, quedaba a prueba en la arena política. “Sin embargo, y pese a las apuestas que hablaban de posibles roces con Guillermo Moreno, Julio De Vido y Axel Kicillof, en el entorno de los funcionarios se ha ganado un privilegiado lugar de respeto, más allá del 100% de confianza de la Presidenta. Enseguida, y como un golpe de efecto, decidió repatriar excompañeros suyos en YPF para que sean sus pilares en la nueva compañía; a la vez que, con una serie de visitas a las provincias petroleras, les hizo un guiño a los gobernadores de la Ofephi y les garantizó participación en las decisiones y regalías”, indicó Tiempo.
“No voy a hablar con la prensa hasta que tengamos resultados concretos”, les dice a sus íntimos, y no deja de saludar educadamente a los periodistas pero esquivando preguntas sobre la operación, cuenta la nota. En su rol con los medios se lo verá el jueves, cuando presente las alternativas del Plan Quinquenal que, según sus propias palabras, “puede cambiar la historia energética del país de los próximos años”.
¿El objetivo? Pasar de perforar 90 pozos entre 2007 y 2011, a más de 200 entre 2012 y 2016; con YPF invirtiendo hasta fin de año 12 millones de dólares; y desembolsando 277 millones de esa moneda en el período 2013-2017. “Un desafío a la altura de un hombre con gran expertise y un recientemente ganado tacto político, que deberá pulir aún para que YPF vuelva a ser pionera en la extracción, producción y exportación de petróleo”, concluye.
“Convertir al país en exportador”
“No lo dijo porque sí, lo dijo con total conciencia”, explicó uno de los laderos de Galuccio a Tiempo Argentino a la salida del Consejo de las Américas. La referencia es a la apuesta, inédita en el contexto de la Argentina de los últimos años, de que YPF tenga potencial, no solo para revertir la caída en la producción de gas y petróleo sino para comercializar en el exterior sus productos.
El CEO aseguró que la empresa se encamina hacia un nuevo paradigma que tiene como objetivo transformar al país en exportador de energía. “Redujimos la importación de combustibles, estamos duplicando la exploración y revirtiendo el declino en producción”, afirmó y remarcó: “El objetivo fundamental es lo que llamamos el nuevo paradigma energético, que es convertir a Argentina de importador hoy neto de gas, fuel y gasolina en exportador de petróleo; para lo cual tenemos los recursos debajo nuestro”.