“Necesitaba un cambio de aire para mi carrera”

Llegó a Paraná en 2004 con 18 años desde Valle Hermoso, un pueblo tranquilo al pie de las sierras cordobesas, con un bolsito y una pinta de gringo bonachón.
Con sus dos metros y su torpeza no pasaba inadvertido en el básquet local en los primeros años.
Robusto y vehemente para jugar se mostró desde el principio como un gran proyecto. Fuera de las canchas, su personalidad amable lo hacía estrechar vínculos cada vez más fuertes en la ciudad que, según contó, será la elegida para vivir.
Sencillo y humilde, hijo de una familia de laburantes, se fue ganando el respeto y haciendo un nombre hasta llegar a jugar ocho temporadas en la Liga Nacional. Pasó por el básquet local, dos temporadas en el Torneo Nacional de Ascenso donde se consagró campeón y jugó todos las temporadas que disputó Sionista en la máxima categoría hasta sumar 393 partidos para convertirse en el jugador con más partidos con la camiseta del equipo de Paraná.
Con una relación de idas y vueltas, pero fundamentalmente de cariño con el cuerpo técnico y la dirigencia, se ganó un lugar en todos los procesos.
Salió campeón, consiguió el tercer puesto en la temporada 2010/2011, jugó la Liga Sudamericana donde obtuvo el tercer lugar demostrando un gran nivel y la Liga de las Américas. Pero también tuvo las malas. Un par de campañas muy irregulares y una en particular que casi le hace perder la categoría.
Cada vez más arraigado al lugar se convirtió en un número puesto en la Selección de Entre Ríos donde ganó dos títulos 2008 y 2013.
“Fue de común acuerdo con los dirigentes y el cuerpo técnico. Necesitaba un cambio de aire para mi carrera, es el momento justo para buscar otras metas y a ellos también les venía bien el cambio y creo que es la mejor decisión”, contó a Ovación, el Cabrito.
El cordobés dijo que se va en buenos términos y consideró los 10 años que estuvo en Sionista como “maravillosos”. “Acá crecí muchísimo, aprendí mucho, tengo una vida en la ciudad y tengo el dolor de dejarla, pero bueno, lo veo como un paso muy positivo en mi carrera”, manifestó el pivote nacido el 8 de enero de 1985.  
Las malas temporadas de los últimos años también tuvieron injerencia en la decisión, según reconoció el jugador. “Tanto a los dirigentes, como al cuerpo técnico y a mí nos ha dolido no haber podido cumplir con los objetivos y era necesario este cambio siempre pensando en positivo”, manifestó.   
A la hora de recordar los mejores momentos con la institución entrerriana dijo que son “muchos”. “Jugué en las inferiores, en torneos locales y gracias a Dios siempre me fue bien. El ascenso fue muy importante por la manera en la que se dio, jugar internacionalmente y representar a la ciudad fue un orgullo”, enumeró.
De cualquier modo y más allá de los logros obtenidos remarcó que lo más importante que deja y se lleva de Paraná son los vínculos. “Acá dejo muchos amigos en el club, en la ciudad y en lo personal eso me da una satisfacción muy grande. Ojalá en algún momento podamos volver a trabajar juntos porque tengo pensado volver a vivir a Paraná”, repasó el jugador.   
Ahora se tomará unos días y luego analizará las propuestas deportivas que llegarán en los próximos días. “En otros clubes puedo dar lo mismo o más, pero eso a la larga se verá”, adelantó.
Al mismo tiempo dijo que aún no se ve con otra camiseta, pero aclaró que “esto, más allá del sentimiento al club, a la ciudad, es laburo y estoy preparado para jugar como siempre”.

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