"Surubí con crocante sobre sabayón de curry, cilindro de arroz con cuscús de brócoli y coliflor con brotes y germinados, y bomba de papa con relleno de huevo de codorniz escalfado, y unas perlas de tapioca saborizada con batata", escribió en su cuenta de Instagram, Luciano Olivera para poder describir el plato con el que ganó, junto a Susana Sidoruk, el concurso de la segunda feria gastronómica Cocineros Entrerrianos (CocER). En la semana, el joven oriundo de La Paz, trabaja en una hamburguesería de la capital provincial y está en la pelea por salir adelante.
De hacer hamburguesas a ganar un plato gourmet entrerriano
Luciano Olivera vive en Paraná y junto a Susana Sidoruk obtuvieron el primer puesto en el concurso de la feria Cocineros Entrerrianos
17 de julio 2017 · 07:00hs
Foto Gentileza/Twitter Adán Humberto Bahl
Con pasión. Olivera y Sidoruk viven en Paraná y elegir su preparación les llevó una semana de trabajo.
Foto Gentileza/Twitter Adán Humberto Bahl
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En Paraná y hasta ayer, se desarrolló esta feria que ofreció la oportunidad a cocineros y productores de compartir y aportar a la gastronomía de la provincia. Fue en la Sala Mayo y contó con la presencia de destacados especialistas en la materia.
En esa instancia tuvo lugar la competencia que buscó un plato que represente a la provincia, con elementos autóctonos de la región. Participaron cuatro equipos de jóvenes estudiantes de gastronomía de la Universidad Autónoma de Entre Ríos; del Instituto Gastronómico Internacional y de Pasteleros Cuatro Elementos. El jurado fue constituido por Juan Carlos Ortega, Mariano Acosta, Cesar Lizarraga y por el vicegobernador, Adán Humberto Bahl, invitado para la ocasión.
"Fue un festival gastronómico donde se expusieron todo tipo de productos regionales como también de otros lugares. La competencia se enfocaba en productos de Entre Ríos con platos que representen a la región", dijo a UNO Olivera, joven de 27 años, nacido en la ciudad del norte entrerriano y que durante una década vivió en Mar del Plata, dando pelea por estudiar y trabajar en la gastronomía.
Contó que empezó a tomar clases varias veces, pero al tiempo debía abandonar por necesidades laborales; hizo de todo: desde los 17 años trabajó de cocinero, fue camarero y hasta desarrolló su labor en un delivery.
"Siempre trabajé en el ámbito. Trataba de estudiar, pero abandonaba porque me demandaba mucho tiempo. Trabajé 10 años en Mar del Plata hasta que me vine a Paraná a cambiar el ambiente y me metí en la escuela de pastelería. Estoy en mi primer año y bueno, tengo experiencia en cocina porque soy de leer y estudiar mucho por mi cuenta. Un profesor nos ofreció participar y dije que sí", contó Olivera.
Sofisticado
Pero preparar el plato ganador no fue tarea fácil. Los participantes del equipo tenían varias ideas que pusieron sobre la mesa, aunque era el pescado, desde el inicio, el elemento que más representaba el objetivo que buscaban.
Olivera decidió la presentación final junto a su compañera de competencia en una semana de trabajo y como tenían horarios diferentes, en un encuentro hicieron las pruebas de sabores, les gustó y se mandaron. Susana Sidoruk también vive en Paraná.
El plato que elaboraron es muy sofisticado, con técnicas nada simples; se trata de una porción que no supera los 250 gramos. "Es un tipo de plato que sirven algunos hoteles, pero no sé si la gente está acostumbrada, no es tan fácil llegarle con este tipo de preparaciones, porque son porciones muy pequeñas y sabores diferentes a lo que uno come a diario", dijo Olivera orgulloso por el premio y con humildad, agregó: "Es como demasiado haber ganado este premio, pero es así. Mi objetivo es trabajar de esto, en ese tipo de lugares en donde se realizan estos platos. Me apasiona y me encanta, y donde puedo le dedico un tiempo. Pero además, el premio, la competencia en general, fue toda una experiencia y pude aprender de otras personas".
Olivera trabaja en una hamburguesería importante que se encuentra en calle Victoria 93 de la capital provincial. En Mar del Plata, tenía dificultades para conseguir trabajo por fuera de las temporadas turísticas y ante la invitación para regresar a tierras entrerrianas, no hubo lugar para la duda. Encontró la posibilidad de estudiar pastelería y por esos caminos anda ahora. La presentación del plato gourmet con el que ganó, tenía, según explicó, algo de pastelería, sobre todo en la decoración. "No es un detalle menor. Uno come con los ojos y si la decoración acompaña se encuentra el punto justo", dijo.
Ganar la competencia le permitió darse a conocer para poder seguir en la cocina y avanzar en la vida. Y para la gastronomía de la región es también un motivo de alegría: ahora hay un plato que nos representa y que tiene aromas a río.